Se le olvidó muy pronto al presidente Santos la pantomima alrededor del niño Emmanuel cuando los narcoterroristas abusaron de la nobleza de la abuela, el dolor de la madre, la confianza del pueblo colombiano y la moral del Ejército.
El caso del pequeño de Clara Rojas le debió servir al Mandatario para saber con quiénes se estaba metiendo, al concederles la semana pasada otro despeje para liberar, supuestamente, a la niña Nora Valentina.
Los bandidos aprovecharon el papayazo para moverse de sus sitios, cruzar la frontera, trasladar sus heridos a Venezuela, entrar armas y sacar droga. Definitivamente, el Gobierno no aprendió la lección. O sea que ese trabajo se perdió. Seguimos a merced de lo que digan los dictadores Chávez y Castro.
Justicia deslegitimada
Se ha deslegitimado el ejercicio jurisdiccional en lo que respecta a las altas Cortes por cuanto se está llegando prácticamente de la nada a ocupar esas altas posiciones por personas que no acreditan un bagaje intelectual, profesional y jurídico.
Un botón
Para ser magistrado de una sala disciplinaria lo mínimo que se puede exigir es que sea un profesional íntegro, transparente, de reconocida solvencia ética y moral, versado en la filosofía del derecho, ya que va a conocer y a juzgar la conducta de funcionarios, abogados y litigantes; que no haya sido procesado por inasistencia alimentaria; que no sea socio de nadie en lo jurídico; que no haya sido recomendado por ningún político del Caquetá y que no se le acuse de recibir prebendas de la mafia.
Preguntas
¿Estas calidades y condiciones se darán en la actual Sala Disciplinaria o en cualquiera otra célula del Consejo Superior de la Judicatura, a última hora defendida por el Gobierno en la reforma judicial?
¿Cómo no exigir calidades y condiciones en materias jurídicas, financieras y presupuestales y de racionalización judicial, a quien aspire a ser magistrado de una Sala Administrativa y no solo exhibir como referencias del pasado profesional las de un comisionado de una institución policial o regente de unas horas-cátedra en universidades de garaje como las que pululan en Colombia?
Origen del caos
Todo para significar que las instituciones de por sí no son las responsables del caos en que se encuentra sumido el aparato judicial, sino las personas que lo integran, por lo que señalábamos al comienzo: el bajo perfil, la falta de idoneidad para el ejercicio de las mismas, comprometiéndose en honor a la verdad las instituciones y corporaciones que los postulan, debiendo responder por culpa in-eligiendo. Aquí cabe una responsabilidad por cuanto se trata de funcionarios demandados por alimentos, ejercicio profesional paralelo y asesorías jurídicas a personajes que han defraudado la confianza ciudadana, caso DMG.
¿Quién los recomendó? ¿No fueron, acaso, el ahora ex presidente Uribe y su ex secretario Bernardo Moreno? ¿Quiénes son, entonces, los responsables del caos?
Aquí todo se cambia para que todo siga igual, como lo sostiene el ex ministro Fernando Londoño.