Lo que parecía irrisorio está próximo a cumplirse. En medio de la crisis financiera que está sufriendo España, el Real Madrid está ofreciendo una suma de 109 millones de euros por el volante derecho del Tottenham, Gareth Bale.
En principio el presidente de los Spurs, Daniel Levy, manifestó que el jugador polivalente sólo saldría de su club sí por él los madridistas pagaran la exagerada cifra de 145 millones de euros, lo que parecía une suma demasiado irrisoria por un futbolista, pero que podría hacerse realidad porque Real Madrid manifestó que ofertarían con 109 millones de euros.
Sin embargo el Tottenham espera meter en la operación al delantero merengue, Álvaro Morata, y en el caso de que el jugador acabe siendo moneda de cambio, los blancos pagarían 97 millones de euros.
Al parecer el trato, que sería el traspaso madre de todos los fichajes, está próximo a cumplirse ya que el jugador que aún es de los Spurs, no viajó hoy con el club para su choque amistoso contra el equipo del principado, AS Mónaco.
Además el jugador está desesperado por irse y está convencido de que los Spurs tienen que dejarlo salir, situación que hace más difícil que el extremo derecho se mantenga en el equipo que le brindó su primera oportunidad de jugar en el fútbol profesional.
Ante el hecho las quejas no se han hecho esperar y el primero en pronunciarse fue el entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, quien señaló: "Es una aberración. Es una locura ver que en el año en el que el juego limpio se ha instaurado, el mundo del fútbol se ha vuelto completamente loco. ¿Qué tipo de impacto ha tenido en el mundo del fútbol? Parece que el juego limpio financiero ha hecho que todo sea peor que antes". Su traspaso superaría el de Cristiano Ronaldo, por 92 millones de euros.