Bajo la premisa de que el regreso a clases presenciales tiene un impacto fundamental en la niñez, la Directora General del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Lina Arbeláez, destaca el avance del regreso a la presencialidad en 18.378 unidades de servicio, abiertas en 32 departamentos, atiendiendo de manera integral a la primera infancia.
Quienes son madres, padres o cuidadores de niñas y niños menores de 5 años han escuchado esa pequeña gran pregunta: “¿Por qué no puedo ir al jardín? ¿Por qué no puedo salir a jugar?”. Seguro les ha tocado hacer malabares para poder responderles de forma que ellos puedan entender que la pandemia global del último año y medio ha cambiado el mundo para siempre.
Después de los últimos 17 meses, que han sido un verdadero desafío al interior de los hogares colombianos, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) puede dar un parte de tranquilidad y de logro: sí es posible el regreso de las niñas y los niños a la educación inicial que ofrece la entidad en todo el país.
¿Cómo el ICBF materializó ese propósito? En noviembre de 2020, con el apoyo de UNICEF y del Banco Mundial, la entidad inició los Pilotos de Atención Presencial Excepcional (PAPE) como propuesta de presencialidad en alternancia para las niñas, niños y sus familias. Una evaluación independiente concluyó que los PAPE fueron una experiencia exitosa que permitió crear una metodología rigurosa para implementar las medidas de bioseguridad en las unidades de servicio del ICBF y brindarle todas las capacidades pertinentes al talento humano para este nuevo momento.
“Y así, paso a paso, con nuestro talento humano del ICBF comprometido, con madres y padres comunitarios dispuestos, y con familias y cuidadores asumiendo su responsabilidad con el desarrollo de las capacidades sociales, emocionales, cognitivas y físicas de las niñas y niños, es que hemos podido avanzar con la reapertura total de nuestras unidades de servicio en todo el país”, asegura Lina Arbeláez, Directora General del ICBF.
A la fecha, el ICBF cuenta con 18.378 unidades de servicio para atención presencial a la primera infancia en los 32 departamentos del país. “Las familias deben saber que el regreso a la presencialidad es voluntario, seguro y gradual. Para su éxito todos debemos respetar los protocolos de bioseguridad y las medidas que cada unidad de servicio adopte para la tranquilidad de todos”, agrega Arbeláez.
De esta forma, el ICBF le entrega a las familias y a su talento humano todas las herramientas para garantizar la educación inicial que merece la niñez colombiana. “Una educación inicial que también apoye a las madres, padres y cuidadores en su propósito de reactivarse económicamente mientras sus niñas y niños disfrutan de un entorno protector, ideal para su crecimiento y desarrollo. Por ellos y por todos, la educación inicial debe ser presencial”, puntualiza la Directora del ICBF.