Al cumplirse dos décadas desde que el sistema pensional en el país se organizó mediante la Ley 100 de 1993, aún prevalecen algunos problemas con la organización operativa del sistema y la cultura del ahorro para las jubilaciones.
Para la firma TG Consultores, la desorganización y desintegración era total en el sistema. Por entonces, una pensión parecía una dádiva y terminaba siendo el interruptor que quebraba las empresas por los pasivos que se generaban. Así mismo el Gobierno usaba los dineros recaudados en ahorro pensional para cubrir déficits fiscales hasta el punto que se agotaron las reservas del antiguo Seguro Social.
De acuerdo con el vicepresidente administrativo de TG Consultores, Enrique Chaverra, “la normatividad anterior contemplaba un exceso de beneficios para algunos sectores del Gobierno (y la empresa privada) lo que impactó en el déficit pensional, por lo que el Estado debe subsidiar dichas pensiones vía presupuesto nacional”.
El fin de esta ley era garantizar calidad de vida acorde con la dignidad humana “mediante el cumplimiento progresivo de los planes y programas que el Estado y la sociedad desarrollarán para proporcionar la cobertura integral de las contingencias” (Ley 100 de 1993). Es decir, buscaba la igualdad en cuanto a procesos y a otorgamiento de prestaciones para todos los trabajadores cotizantes en el sistema.
Uno de los grandes problemas que prevalecen a pesar de los 20 años de la Ley 100 de 1993 es la evasión y elusión de aportes al sistema. “Para solucionar este problema lo que tiene que hacer el operador del régimen es tener mejores controles para que las personas se vean obligadas a cotizar, lo cual se ha logrado con la implementación del pago electrónico de aportes (PILA) y adicionalmente con la creación de la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales UGPP”, señala Chaverra.
Aunque mejorar la cobertura y ampliar la cultura pensional era uno de los objetivos de la ley, aún es una minoría la que cotiza. Un ejemplo claro de falta de cultura pensional es cuando las personas aseguran que jamás se van a pensionar pero en realidad no han mirado las posibilidades reales que tienen de alcanzar este beneficio.
“Además está el tema del mejoramiento de la situación laboral del país a través de una política de generación y formalización del empleo, el desarrollo de normas que incentiven este aspecto permitirá que una mayor parte de la población acceda y pague seguridad social”, explica TG Consultores.
Finalmente otro de los grandes problemas que aun no ha resuelto la ley es el de las pensiones no financiadas, es decir las pensiones que superan enormemente el monto que en realidad se ha ahorrado, lo cual requiere reformas profundas al sistema y que se acabe definitivamente la transición de esos regímenes especiales.
Se ha ganado mucho en transparencia respecto a la administración de los recursos del ahorro pensional, pues las creadas administradoras de Fondos de Pensiones se rigen por un estricto código de inversión que unido a la necesidad de rentabilidades mínimas, obligan a que las inversiones de estos recursos se hagan en sectores y actividades realmente rentables. “Ahora, la inversión de los dineros se hace en temas como infraestructura, en empresas colombianas y eso trae desarrollo”, enfatizó Chaverra.