La costa Pacífica, tierra de nadie | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Enero de 2012

Como en las épocas de José Hilario López, José María Obando y Tomás Cipriano de Mosquera, el histórico departamento del Cauca vive una guerra permanente, con la diferencia de que la actual guerra la financian con la coca, el boleteo, la extorsión y el impuesto a la gasolina y al diesel marino.


Los combustibles. El tema de los combustibles tiene tanto de largo como de ancho, como lo denunció ayer El Nuevo Siglo. La situación es francamente calamitosa. La gente del Cauca se está muriendo de física hambre. Y no solamente la del Cauca. Es prácticamente la totalidad de la Costa Pacífica, incluyendo a Buenaventura y Tumaco, únicos puertos que tienen comunicación terrestre con el interior del país.

El resto del territorio. En el resto del Pacífico no hay un metro de carretera. La gente tiene que movilizarse obligatoriamente en lanchas pagando el diesel marino  más caro del mundo. Para que una persona pueda transportarse de Guapi a Limones, cuyo recorrido es de 20 kilómetros, se gasta cuatro galones de combustible, al precio de 18 mil pesos cada uno. Mientras tanto, en el interior es de un galón por 40 kilómetros de recorrido.

Los pueblos olvidados. López de Micay es uno de los pueblitos más pobres de Colombia. Allí el bulto  de cemento vale tres veces lo que cuesta en el interior del país.   Ocurre lo mismo en otras poblaciones olvidadas.  
En la Costa Pacífica le imploran al ejecutivo central por la construcción de la carretera El Patía-Guapi, mientras en el interior  se despilfarra el dinero con los contratistas de turno, haciendo de las suyas y dejando a un lado regiones como Barbacoas, Iscuandé, Obando y Guapi, localidades que viven en el más absoluto abandono y acosadas por la guerrilla, el para-militarismo y su patrón es el narcotráfico.

En el puerto. En Tumaco campea el negocio del contrabando del diesel marino  que llega del Ecuador. Para transportar ese combustible en lanchas, además de lo costoso que sale, tienen que pagar los peajes establecidos arbitrariamente por los grupos alzados en armas que imponen su ley en la región.

Bloqueo. Hace 10 días no pueden movilizar ni los enfermos, ni las mujeres próximas a dar a luz; no sale pescado hacia ninguna ciudad del interior y no entran productos de primera necesidad. Esta zona es la más abandonada de Colombia Dramas idénticos viven Chocó, Valle, Nariño y Cauca.

Audiencia. Hoy a las 5 de la tarde, después de 10 días de paro, los ministros de Transporte, Minas y Agricultura escucharán a los voceros de los pueblos abandonados del Pacífico. Los mismos ministros, más el del Interior, serán citados a un debate por el senador Luis Fernando Velasco.
Olvidábamos comentar que a todo este pliego de problemas es preciso adjuntar las copias de la llamada “Oficina de Envigado” para el cobro de extorsiones, que están operando a sus anchas en los puertos de Buenaventura y Tumaco. ¡No hay derecho!