La historia tiende a repetirse. En las épocas en que Luis Camilo Osorio ejercía como Fiscal General de la Nación, el actual alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, utilizó las mismas armas que hoy maneja para tratar de enlodar y dilatar la investigación que en su contra adelanta ahora la Procuraduría General de la Nación, en lo que tiene que ver con su administración, proponiendo ante el Comité de los derechos humanos, con sede en Washington, una serie de recursos contra providencias que no se han materializado y de las que se desconoce su texto. Una fuente cercana a este proceso sostiene que tales medidas cautelares se pueden pedir solamente frente a hechos evidentes, reales y tangibles.
Recordar es vivir. En efecto, hace 10 años, Petro formuló varias denuncias penales en contra de Luis Camilo Osorio. Cuando fue ternado para la Fiscalía el abogado antioqueño empezó el ataque del exguerrillero del M-19. Rápidamente organizó un cartel de testigos de los que están refugiados en Canadá, denunciando a la Comisión Interamericana que era víctima del Fiscal General de la Nación, demandando medidas cautelares de la Comisión y, además, formulando denuncias en su contra en el seno de la misma instancia. Cualquier parecido con lo que le sucede con el procurador Ordóñez hoy es pura casualidad.
Un testigo encapuchado. Petro anunció por aquellas calendas que presentaría un “testimonio estrella” de una persona que aparecería encapuchada preventivamente para su protección por el riesgo que correría de conocerse su rostro, a lo que Luis Camilo solicitó a la Comisión estar presente y responder a los cargos que se formularan, los cuales incluían amenazas de muerte contra él, también comprendían una larga lista de censuras a la acción de la Fiscalía contra el paramilitarismo.
Unos recursos. Allí, el abogado Gustavo Gallón estuvo haciendo la presentación del caso y pidiendo prolongar la entonces larga espera de Petro, con su famoso testigo encapuchado ¡Pero ninguno de los dos apareció!
El fiscal Luis Camilo Osorio estuvo presente desde el principio de la reunión, a pesar de los ruegos del entonces embajador Humberto de la Calle para que se abstuviera de asistir.
De la Calle, gentilmente, se ofreció para atender la convocatoria y evitarle a Luis Camilo, según él, la "molestia" que significaría el maltrato del encapuchado y del propio Petro.
El viejo refranero popular dice que el pecado es cobarde y el personaje también. Ninguno de los dos acudió a la audiencia. Tampoco pidieron oportunidad posterior para hacerlo ¡Mucho ruido y pocas nueces!
El Infalible. Según el exministro Jaime Castro Castro, el señor Petro (como en su momento lo describió Daniel García Peña: “todo un déspota de la izquierda”) se considera intocable por la Justicia, lo mismo que se cree infalible.
Petro, quien se halla a las puertas de una ejemplar sanción disciplinaria por parte del Ministerio Público, utiliza todas las formas de lucha como buen militante de su partido y no da tregua.