Torre de Babel. Edgar Polo, columnista de El Heraldo de Barranquilla, hace un sesudo análisis de la situación actual de la política colombiana. De lo planteado por el politólogo costeño en su escrito titulado “Motín a bordo”, se puede colegir que en la política colombiana se está dando una verdadera “Torre de Babel”, en donde de un momento a otro puede saltar la liebre, en cuyo caso específico el director de la Fundación “Buen Gobierno”, Germán Vargas Lleras, tendría todo el terreno abonado para dar el paso y salir a flote como eventual tercería, pues en río revuelto, ganancia de pescadores.
¿Quién podrá defendernos? El comentarista caribe saca estas conclusiones: con un Partido Liberal que aspira a salir de la sala de cuidados intensivos de la mano de Horacio Serpa; el conservatismo teniendo como su redentor a Omar Yepes y el partido de la U con la lealtad de Roy Barreras, acotamos nosotros.
Mientras tanto, por los lados del Centro Democrático, en donde se vive y se siente otro motín a bordo por las nominaciones para Senado, se continúan tejiendo las listas para la Cámara de Representantes. Como adelanto por Bogotá estará la líder vallecaucana María Fernanda Cabal, sin conocer todavía quiénes estarán por Antioquia, Valle, Boyacá y sus campos
¿Quién le teme a Vargas? Para la Barca merece mención especial el caso del nieto del expresidente Carlos Lleras. Se trata de Germán Vargas, contra quien se han unido los voceros de los partidos que integran el colectivo de Unidad Nacional por considerarlo un peligro para la sociedad política liberal que pretende la reelección del presidente Santos. Al respecto ya se ha pronunciado el curtido y experimentado Horacio Serpa, quien dijo que “si Varguitas aparecía como llanta de repuesto del presidente Santos, el Partido Liberal presentaría otros 10 candidatos para enfrentarlo”. Tampoco le jalan al exministro del Interior el expresidente César Gaviria, quien se pronunció en reportaje al diario El Tiempo y su hijo Simón Gaviria. Los dos coincidieron en descalificarlo como posible sucesor de Santos en la Casa de Nariño.
En Cuba. Retomamos lo que dijo el señor Polo: “El proceso de La Habana, después de 14 sesiones, parece entrar en arenas movedizas, lo que se desprende de las declaraciones de las partes. Unos y otros tienen urgencias distintas: la guerrilla, continuar en su mar de indefiniciones mientras asfixia en el tiempo a Santos, quien en 60 días debe anunciar su candidatura con un país descuadernado en lo económico y social y sin el tan anhelado banderín de la paz De la Calle da señales de fatiga ante un proceso que no avanza y que tiende a quemarlo en su función de negociador”.
Desde La Barca hemos sostenido que el proceso de paz que se adelanta en Cuba es un carro sin motor al que se le suministra gasolina, seguimos arando en el desierto y buscando en la mar un alfiler y con De la Calle en plan de renunciar.