LA BARCA DE CALDERÓN | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Junio de 2013

Complejo de pobre. Vean por qué nos parece que el Gobierno santista es un “principado” con complejo de pobre:

1). No hemos logrado derrotar el desempleo, a pesar de las promesas de campaña y de los grandes titulares de la publicidad oficial.

2). No hemos superado la pobreza extrema, ni la miseria absoluta.

3).La clase media no vive;  apenas sobrevive.

4).El salario mínimo sigue siendo de hambre e indignidad.

Neo-ricos. Desde el comienzo, el autodenominado régimen de la “prosperidad”, ha querido dar la sensación de que un país que vive en bienestar y bonanza; se parece a esa clase emergente, compuesta por los nuevos ricos de barrio, que compran acciones en todos los clubes para dar la sensación de que son de mejor familia o que hacen parte de una sociedad distinguida, cuando no alcanzan a pagar las cuotas.

Pruebas. Primero nos metió en Unasur con María Emma Mejía. Después, en el Consejo de Seguridad de la ONU. Luego, en la Alianza Pacífico. Al rato en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Ya nos había incorporado en Civets (Colombia- Indonesia - Vietnam - Egipto-Turquía y Sudáfrica). Y para que digan que estamos muy ricos, invitó a Obama a la  Cumbre de Las Américas,  pomposo evento que parecía un desfile de modas.

OTAN. Ahora nos vende la idea del ingreso a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), dejando al descubierto la poca confianza que generan sus excentricidades. Al sarampión mediático de la prosperidad, no se le queda ningún aviso por fuera del espectáculo. Ningún Tratado Comercial sin firmar, olvidándose de que en las regiones no existe clima para la inversión; campea la inseguridad; impera la impunidad; carecemos de  vías, puertos e infraestructura para garantizar la salida  de nuestros productos y no hay productos para competir en los mercados  contemplados en los tratados suscritos.

Política exterior. El Gobierno, en lugar de estar buscando tapetes rojos de las perfumadas grandes ligas burocráticas del hemisferio, debería estar defendiendo los grandes intereses de Colombia, frente a las ambiciones de Nicaragua, que no solo nos ganó el pleito ante la Corte de La Haya, sino que ahora desea apoderarse de otra parte del mar territorial colombiano. Nuestros indígenas son maltratados, torturados y asesinados por la Guardia Venezolana, sin que nuestra “salomónica” Cancillería se inmute.

Otras razones. Mientras el Gobierno busca salir en la  foto  matriculándose  en las comunidades de naciones y grandes clubes, los campesinos continúan siendo desplazados por organizaciones armadas ilegales, ante la indiferencia oficial. Cuando nos prometieron acabar en 60 días con las “ollas” del micro-tráfico en las principales ciudades, nadie recuerda el titular de prensa. Nos garantizan un acuerdo de paz para ponerle fin al conflicto en pascua y después de haberse suscrito el tratado de tierras, De la Calle, advierte: “Nada está acordado hasta que todo este acordado”