LA BARCA DE CALDERÓN | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Marzo de 2013

Por William Calderón

 

Orígenes de la crisis. En su entrega dominical, Juan Guerra desnudó los orígenes de la crisis cafetera que provocó el convulso paro de 14 días y ha puesto a pensar seriamente al gobierno y al gremio en la reestructuración de las instituciones  que controlan la caficultura.

 

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Al pie de la letra. La situación cafetera de hoy, la más crítica de la historia, tiene un nombre que empieza por Gabriel y termina por los apellidos Silva Luján cuya nefasta gerencia todavía no acaba de registrar todos los estragos.

Dejó a la caficultura en un problema estructural de producción con el nivel más bajo en 36 años. Se comprometió a llegar a una producción de 14 millones de sacos y la redujo a la mitad.

Las finanzas del Fondo Nacional del Café y de la Federación, totalmente liquidadas.

Las tiendas Juan Valdez, su gran apuesta, a estas alturas no logran despegar.

Colombia cayó del segundo al cuarto nivel como país productor del grano y pasó de exportador a importador.

Cabalgó en los apoyos del gobierno que elogiaba y del cual hizo parte y del cual ahora denigra con marcada deslealtad.

Por estar buscando réditos personales, no recibía a los productores, ni a los tostadores, ni a los comercializadores de café.

Hizo nombrar al lánguido Luis Genaro Muñoz para seguir desgobernando en cuerpo ajeno con su lugarteniente, el controvertido Guillermo Trujillo Estrada, Piragua, a quien en su natal Manizales se le conoce también con el remoquete del Sepulturero. De quien ya se habla para la gerencia de la Federación o para el Ministerio del Agro.

 

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Moción de censura. En Pereira, en la mesa de concertación entre los dirigentes del movimiento de la dignidad cafetera  y el gobierno, uno de los productores acusó a Trujillo Estrada, quien se encontraba en el recinto, como uno de los causantes al lado de Silva Luján y Muñoz Ortega, de la galopante crisis cafetera. Fue acusado de manipular las elecciones cafeteras y de impedir la participación de los caficultores. En tal sentido fue señalado como uno de los causantes de la problemática cafetera y de la profunda crisis de la Federación. En su melancólico haber está la destrucción de la naturaleza federativa y regional de la caficultura.

 

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Decadente. Y para completar su obra, hoy la Federación queda en cenizas, después de la pérdida de legitimidad y representatividad, que es el fruto de haber acabado con la fortaleza federativa regional de la institución por los últimos diez años, que eran los comités departamentales y municipales. De Silva se dice que con su  macrocefalia centralista, fijó la lápida de la otrora poderosa Federación.

 

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Representación. Cuando vieron a Piragua Trujillo, el despedido exsecretario general de la Federación de Cafeteros, merodeando por la “cumbre” de Pereira, que puso fin al paro, alguien  preguntó: ¿Y ese hombre qué hace aquí, si no tiene arte ni parte en el problema?, a lo que respondió un delegado de Caldas: Seguramente viene en representación de los antiguos tomadores de tinto de los desaparecidos cafés El Polo y La Cigarra, de Manizales.