¿Prosperidad cafetera?Desconcierto total de los cafeteros asistentes al foro de la prosperidad en donde repartieron tabletas Ipad y hubo delegaciones transportadas de distintos lugares del país con pancartas alusivas al Gobierno. Pero a pesar de todo, los voceros de las 560 mil familias no se dejaron halagar y reaccionaron de manera vehemente así: “quedamos en las mismas: cafeteros quebrados, cafetales enmalezados, cosecheros desempleados, Colombia sin café, perdimos el tiempo”.
Reacciones espontáneas.Y ante el grito de un cafetero de Quinchía (Risaralda) “Viva el paro Nacional Cafetero”, que recibió como respuesta ser sacado del recinto, el Acuerdo para la Prosperidad Cafetera se convirtió en un desacuerdo generalizado, o, en el mejor de los escenarios, en un ‘Acuerdo de Conformidad con la Crisis’, para vivir en ella, agradeciendo la ayuda temporal que prolonga una agonía que ya lleva un año.
Le levantaron la enjalma.Lo anterior sacó de la ropa al presidente Santos, quien les reclamó de manera airada por el mitin de que fue objeto; exigió arreglar las cargas antes del paro nacional. Un exalcalde de Chinchiná comentó “lo que prometió, así lo cumpla, no sirve para nada”. La rechifla no fue superior porque no estaban todos los que son, ante el asombro de los burócratas del café, cuya lista encabezó el propio ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, el hijo del zar del café, don Jorge Cárdenas, este regañó de manera vehemente al patojo Genaro Muñoz, a quien responzabilizó del amargo trago que le sirvieron en vivo y en directo al Presidente y su comitiva, emplazándolos a responder antes del lunes todas las exigencias de los caficultores para atajar el paro.
Restrepo desde la clandestinidad. En carta dirigida desde algún lugar del continente americano a la revista Semana el ex alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, asumió de nuevo la defensa de su gestión y de su honorabilidad.
Se dolió el médico quindiano de que “la publicación haga eco de una demencial cadena de injurias que los jefes paramilitares extraditados descargan en mi contra. No conozco la carta a la que hacen referencia, pero sigue la línea de otras tantas calumnias que estos personajes sueltan en coro para destruir mi honra, ya que no pudieron asesinarme”.
Unos vengativos. A juicio de Restrepo, “para cualquier analista desprevenido es clara su intención. Vengarse de mí, porque los convencí de entregar sus armas y someterse a las leyes del Estado, logrando lo que muchos consideraban imposible. Que estos temibles criminales quedaran tras las rejas. No los engañé, no les mentí, no utilicé triquiñuelas. Actué frente a ellos con espíritu sereno y en franca lid, mi estrategia de negociación se impuso sobre la suya. Como consideran que perdieron, y no se perdonan haber calculado mal ante un hombre que los enfrentó tan solo con su valor civil y el poder de su palabra, ahora quieren destruirme sin importar los medios”.
Sociedad débil. Para el ex alto comisionado, “lamentablemente, estos criminales conocen bien las debilidades de nuestra sociedad democrática y saben que el momento es propicio para atacarme…”.