La mina te da sorpresas. Con este estribillo será recibido el presidente Santos en Medellín, cuando llegue al Centro de Convenciones Plaza Mayor a la inauguración de la Feria Minera de Colombia, la segunda más importante del continente, después de la de Toronto, Canadá, que se mantiene como uno de los sectores más dinámicos y promisorios del país.

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Los incapaces. La minería es hoy una locomotora sin maquinista... cero y van tres. Desde el comienzo del gobierno Santos se anunció con bombos y platillos que la minería tendría tratamiento de locomotora y que sería una de las 5 máquinas que pondría a "rodar" el desarrollo de la economía nacional. Aunque el país se ha vuelto uno de los destinos más atractivos para la inversión extranjera por su prospectividad geológica y por la demanda de materias primas en la economía mundial, el Gobierno no ha sido asertivo a la hora de escoger a los funcionarios que regulan el sector y de fijar unas políticas publicas que proyecten a la minería como el renglón de la economía que más aporta al Producto Interno Bruto.

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Los incapaces II. Primero fue Rodado; después Cárdenas y ahora Renjifo; tres ministros en dos años para una misma locomotora y ni hablar del Ingeomionas y de la Agencia Nacional Minera, donde cero y van cinco y ninguno ha dado la medida: Mario Ballesteros, Oscar Paredes, Beatriz Uribe y  María Constanza García. Tampoco escapa el ex secretario del Ministerio en la época de Rodado. Cinco representantes de la Autoridad Minera en los mismos dos añitos. La incapacidad institucional  ha llegado a tal punto que con la excusa de la restructuración de archivos, de títulos y de solicitudes de contratos de concesión minera, se cerró desde el 2 de febrero de 2011 el catastro minero. Se dijo que se reabriría el 2 de agosto del mismo año; luego se prorrogó hasta el 2 de febrero de 2012; se pusieron en venta los pines para la reapertura del Catastro en octubre 2 de 2012, pero la plataforma nuevamente falló.

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Sin Código. La Corte Constitucional, mediante fallo modulado de mayo de 2011, declaró inexequible por falta de consulta previa con las comunidades indígenas la ley 1382, de 2010, modificatoria de la Ley 685 de 2001, dándole una vigencia de dos años para que el Gobierno procediera a expedir una nueva normatividad. Los dos años vencen en mayo próximo y desde ya se augura que por incapacidad no habrá nuevo Código de Minas.

Apelando al artículo 31 de la Ley 1382, de 2010, el Gobierno Nacional procedió a congelar bajo la figura de las zonas de reserva especial y zonas estratégicas buena parte de las zonas mineras del país. Se dijo entonces que se convocaría a una nueva subasta, cosa imposible de realizarse toda vez que Colombia no posee estudios geológicos para   certificar los recursos y las reservas de esas áreas.

A esto se suma la incapacidad para adelantar de manera efectiva un programa de legalización de la minería.

Con este panorama, sin institucionalidad, sin funcionarios idóneos, sin política pública, sin código y sin programa de legalización de hecho, la locomotora avanza sin maquinista.