El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, designó un nuevo gabinete ministerial, con el que intentará superar la crisis desatada por el polémico indulto al exgobernante Alberto Fujimori y por mentir sobre sus lazos con la empresa brasileña Odebrecht.
Hacía dos semanas que Kuczynski, un empresario de centro-derecha de 79 años, había prometido nombrar un gabinete de "reconciliación", en medio de las renuncias de dos ministros por el perdón que otorgó en la víspera de Navidad a Fujimori (1990-2000), quien cumplía una condena de 25 años de prisión por violación de derechos humanos y corrupción.
Se desconoce cuántos cambios habrá en el gabinete de 19 miembros, pero al menos habrá dos rostros nuevos, en Defensa y Cultura, tras las renuncias de Jorge Nieto y Salvador del Solar, respectivamente.
El director de la Biblioteca Nacional, Alejandro Neyra, anunció que él será el nuevo titular de Cultura. "Siempre he estado dispuesto a asumir responsabilidades en el sector público", declaró al Canal N, tras reunirse con Kuczynski en el palacio de gobierno.
Otros nombres de nuevos miembros del gabinete no han sido divulgados, pero se anticipa que se mantendrán varios ministros, entre ellos la primera ministra Mercedes Aráoz.
El analista político Luis Benavente dijo que las posibilidades de que el nuevo gabinete supere la crisis "no son muchas".
"Lo que pasa es que la situación es muy crítica y las expectativas son muy grandes. El gobierno ha cometido errores de poner un nombre tan expectante como 'gabinete de la reconciliación'", declaró Benavente.
"El país está en una etapa del enfrentamiento que no ha concluido. Está en pleno enfrentamiento, entonces ni éste, ni ningún gabinete va poder reconciliar al país que está muy enfrentado. Un gabinete nuevo no va reducir la inestabilidad política", agregó.
El presidente de la Cámara de Comercio de Lima, Mario Mongilardi, pidió que el nuevo gabinete impulse un "cambio responsable que incida en el desarrollo económico". Los economistas temen que la crisis impida cumplir la meta oficial de 4% de crecimiento en 2018 (la Cepal pronostica 3,5%).
Organizaciones sindicales y sociales convocaron a una jornada de protesta nacional para este jueves en rechazo al indulto, mientras las familias de las víctimas de Fujimori preparan los argumentos que llevarán a la audiencia del 2 de febrero ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en busca de anular el recurso en favor del exmandatario.
Fujimori, de 79 años, quien permanece en una residencia alquilada en un condominio del este de Lima, rompió su silencio el fin de semana al publicar mensajes en Twitter diciendo que "anhela un Perú sin rencores", acción interpretada por muchos como la antesala de su regreso a la política.
Este mensaje sintoniza con un llamado a la "reconciliación" entre fujimoristas y antifujimoristas que hizo Kuczynski en Navidad.
Como Kuczynski habría otorgado el indulto a cambio del apoyo de un sector del fujimorismo para evitar ser destituido por el Congreso, se especula que en el nuevo gabinete podrían figurar ministros afines a esa corriente política opositora.
Entendimiento con sector fujimorista
Los problemas del mandatario se desataron a mediados de diciembre, cuando la propia Odebrecht reveló que le había pagado casi cinco millones de dólares a empresas ligadas a Kuczynski mientras era ministro del entonces presidente Alejandro Toledo (2001-2006).
Hasta entonces Kuczynski había negado todo lazo con la cuestionada empresa brasileña, que después de decidir cooperar con la justicia peruana confesó que había pagado 29 millones de dólares en sobornos en el país a lo largo de tres gobiernos.
El mandatario sobrevivió a la moción de destitución en el Congreso el 21 de diciembre, al contar a última hora con las abstenciones de 10 legisladores fujimoristas, encabezados por Kenji Fujimori, hijo menor del exgobernante.
Tres días después, Kuczynski concedió el indulto desatando un nuevo vendaval, que lo ha forzado a organizar un nuevo gabinete, el tercero en un año y medio de mandato.
Desde el comienzo de su mandato Kuczynski estuvo contra las cuerdas por presiones del partido Fuerza Popular (derecha populista), la mayor fuerza política del país, que lidera Keiko Fujimori, hija del expresidente. Ahora, el sector minoritario de esta agrupación, que lidera Kenji, podría entenderse con el presidente, como ocurrió en la moción de destitución.
"Nosotros hemos dicho claramente que no participamos en gabinetes, porque creemos que hasta no haya un cambio en la presidencia va ser muy difícil trabajar juntos", dijo la legisladora Ursula Letona, del sector fujimorista "duro" que lidera Keiko.