En política a nadie se le puede dar por derrotado ni acabado definitivamente. Prueba de ello es que la líder de la oposición peruana, Keiko Fujimori, hija del condenado y preso expresidente Alberto Fujimori, una vez más está en la primera plana de la lucha por el poder, encabezando con un 33 por ciento la intención de voto para las elecciones presidenciales de abril de 2016.
La hija del condenado exmandatario consolida así una ventaja sustancial en la campaña, toda vez que detrás de la hoy líder de Fuerza Popular figura en un distante segundo lugar, con apenas un 16 por ciento de preferencias, Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio, partido también de derecha. Después se ubica el populista César Acuña, de Alianza para el Progreso, convertido en la sorpresa de la campaña al saltar al tercer lugar con 13 por ciento. Por último están los expresidentes, de un lado, el socialdemócrata Alan García, con apenas un 8 por ciento, y Alejandro Toledo, quien a duras penas suma 5 por ciento.
En las elecciones presidenciales de 2011, Keiko Fujimori perdió la segunda vuelta ante Ollanta Humala, en lo que fue su primera postulación.