Al parecer los uniformados no entregaron 300 kilogramos de cocaína que fueron decomisados durante un operativo en el occidente de Bogotá.
Los hechos materia de investigación ocurrieron el 3 de junio de 2010 en el barrio La Granja, cuando los miembros de la entidad ingresaron a hacer un allanamiento y, al parecer, determinaron que no entregarían la droga hallada en la bodega objeto de la operación policial, pues allí no había ninguna persona en esos momentos que pudiera informar sobre el hallazgo del alucinógeno.
Sin embargo, en la parte alta de la bodega hay un apartamento en el cual vivía un padre con sus cuatro hijos. A los pocos minutos del allanamiento, parece que empezaron a llegar uno por uno los cuatro menores de edad y los policías habrían encerrado a los jóvenes al no poder salir antes de que arribaran los testigos. Más tarde, el padre de los menores apareció y fue implicado en la aparición de la droga en la bodega; pero el Juzgado Tercero Especializado lo absolvió de responsabilidades en ese caso.
El llamado a juicio afecta al teniente Josué Álvarez Barco, los subintendentes Milton Paz Torres y Delwilson Duarte Moreno y a cinco patrulleros, quienes podrían responder por los delitos de falsedad ideológica en documento público, peculado por apropiación y hurto de estupefacientes durante allanamiento.