En los últimos años los cafeteros colombianos tienen dificultades por bajos precios del grano. A esto se suma el dólar barato que erosiona los ingresos de cultivadores.
Muchos conocedores de la industria sugieren soluciones. Sin embargo, las cosas no son tan fáciles. Es una situación por la que están pasando todos los países cafeteros.
Juan José Echavarría, director de la Misión de Estudio para la Competitividad de la Caficultura Colombiana, experto en el tema, ya tiene algunos bosquejos de la investigación que está en marcha, un estudio a fondo. Las conclusiones finales saldrán a la luz en febrero de 2014. Echavarría considera que la baja productividad es el problema del café en el país. Dice que se seguirá produciendo arábigas. Tampoco prohibir la siembra de robustas; hacia el 2020 se incrementará la demanda de éstas. Importante la sugerencia de Echavarría de producir arábica con más valor agregado, cafés especiales. Y tiene razón. La prueba está en el éxito de éstos que son mejor pagados. Muy lógicos sus planteamientos, como el referido a que aquí siguen vigentes las instituciones, igual a cuando existía el Pacto Cafetero Mundial, y esto se debe modificar ya que el panorama es distinto a cuando funcionaba el acuerdo.