Llama mucho la atención la actitud asumida por el nuevo presidente de Ecopetrol, el exministro Juan Carlos Echeverry. Tras ser elegido la semana pasada ha preferido guardar un prudente silencio, no sólo por respeto a quien aún tiene las riendas de la estatal petrolera, es decir, Javier Gutiérrez, sino porque es consciente de que en la actual coyuntura del sector cualquier anuncio, concepto o posible medida a adoptar tiene un impacto muy alto no sólo en la opinión pública, sino en el mercado de acciones que se evidencia por estos días como hipersensible.
Apenas si ha emitido Echeverry un breve comunicado en el que anuncia el comienzo del empalme, en tanto el Gobierno ya le fijó unos puntos clave sobre el rumbo de la empresa.
Convendría que esta clase de actitudes de prudencia fueran copiadas por otros entrantes funcionarios, que no bien son designados ya se lanzan apresuradamente a dar declaraciones a la prensa, muchas veces sin tener toda la información a la mano.