En su natal Puerto Jordán (Arauca), en donde vive, eso se veía lejano, pero se configuró en una fuerte posibilidad a finales de febrero pasado, cuando el ministro de Defensa Nacional, Juan Carlos Pinzón, les prometió a ella y a sus 33 compañeros de grado 11 del Instituto Educativo de Promoción Agropecuaria, de Puerto Jordán (Arauca), que los traería a Bogotá, a conocer la capital del país.

“Me los sacan hasta Tame (Arauca) por tierra y de allí me los llevan en avión hasta Bogotá y cuando ya estén allá, me visitan en mi oficina. Eso sí, me los llevan al Museo del Oro, al Museo Militar, a Palacio..”, fue la orden expresa que dio el ministro Pinzón a la Cúpula Militar el 26 de febrero, cuando entregó en esa remota población araucana, antiguo corredor de movilidad de grupos terroristas y de bandas criminales, cuatro obras de consolidación de los Ingenieros Militares.

El pasado 28 de abril los estudiantes, encabezados por  Julieth Dayana, descendieron de un avión de la Fuerza Aérea Colombiana en Bogotá. No podían creer que estaban en la capital de la República; la palabra que les había dado el Ministro de Defensa se estaba cumpliendo y ya respiraban el aire capitalino.

Los alumnos de grado 11 comenzaron de esa forma la que, sin duda, es una de las mejores experiencias de sus vidas. Es, dicen unos, una verdadera aventura pues pasarán tres días lejos de casa y en la ciudad más grande de la geografía nacional.

“Conocer Bogotá ha sido muy chévere. Es una experiencia que nunca habíamos vivido y me parece que fue muy bonito el detalle por parte del Ministro de Defensa”, afirma Ronald Steven Rubio Salazar, a quien lo que más le gustó de la ciudad fue el cerro de Monserrate “por ser un destino religioso”.

Julieth Dayana, por su parte, asegura que la invitación del Ministro, aunque sorpresiva en su momento, ha sido la mejor de su vida y que el que ella y sus compañeros estén en Bogotá demuestran que “Juan Carlos Pinzón, como los soldados y policías del país, son honorables y cumplen lo que dicen”.

A otros estudiantes, como a Freddy Vera Durán, lo que más le impactó de la visita fueron “las motos y la historia que hay detrás de cada uno de los objetos exhibidos en el Museo de la Policía”.