La forma de hacer negocios en el mundo está cambiando permanentemente, y la industria de los bienes raíces corporativos no es la excepción a la regla.
En lo que respecta a las firmas de servicios inmobiliarios, la gestión ya no solamente tiene que ver con la consecución de un espacio que se ajuste a las necesidades de un cliente específico, sino que esta debe ir hasta el diseño estratégico, la entrega e incluso la administración del inmueble.
Pensando en ello, la multinacional Cushman & Wakefield identifica esta tendencia como el surgimiento de las nuevas Empresas de Bienes Raíces (Corporate Real Estate, CRE, por su sigla en inglés), cuya finalidad es, justamente, contribuir al objetivo de asesoría integral de los clientes.
De acuerdo con José Belfort Mattos, director ejecutivo para Colombia y Perú de Cushman & Wakefield, “es claro que las CRE pueden desempeñar un papel importante en la consecución de los objetivos corporativos”.
C&W define la existencia de cinco pasos definitivos que debe seguir una empresa del sector, en el propósito de proveer a sus clientes un servicio con valor estratégico, claro y medible en el tiempo.
En primer lugar, se debe entender completamente la cartera de bienes raíces, ya que esto permite detectar no solo los riesgos y las obligaciones financieras, sino determinar las mejores oportunidades.
Como segunda medida, debe haber una identificación de los objetivos del negocio, tanto financieros como estratégicos, a corto, mediano y largo plazo; para ello es fundamental saber cuál es la meta de la empresa; una vez logrado este paso, se podrá generar un diálogo entre las partes para ayudar en una efectiva toma de decisiones.