En ceremonia realizada en la Casa de Nariño, ante el Presidente de la República, se posesionó ayer el nuevo defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, quien es abogado de la Universidad Católica, con especialización en Ciencias Penales y Criminológicas del Externado de Colombia, exmagistrado de la Corte Constitucional, exvicefiscal general de la Nación, entre otros cargos.
El Primer Mandatario resaltó el papel fundamental del alto funcionario y los retos frente a un eventual diálogo de paz con la guerrilla. La tarea del Defensor del Pueblo tiene un altísimo contenido social ya que su labor permanente es la de velar por los derechos humanos y garantizar que éstos se cumplan. Se debe recalcar que esta institución fue creada precisamente para hacer respetar los derechos de todos los colombianos. En lo relacionado con las víctimas del conflicto el defensor Otálora tiene un amplio campo de acción.
La tarea que le espera al Defensor del Pueblo es ardua, en un país con problemas de la subversión, bandas criminales e infinidad de factores que comúnmente llevan a actos violatorios de los derechos humanos. A esto se suma la intolerancia, violencia intrafamiliar, maltrato a mujeres y niños. En todos estos aspectos la Defensoría tiene que intervenir.