Por: Álvaro E. Sánchez H.*
Especial para EL NUEVO SIGLO
Desde principios de los años sesentas ha venido haciendo carrera la idea de que la izquierda es la dueña de la protección ambiental y esa es una historia que muchos hoy por hoy siguen creyendo y que el discurso sigue acrecentando; pues bien, nada más lejos de la realidad y nada más propio de la propaganda de una izquierda recalcitrante que no ha mostrado coherencia entre lo que dice y lo que hace con respecto a ese tema. Inclusive, el Alcalde de Bogotá, reconocido líder de izquierda, ha venido sosteniendo que su gobierno sí tiene una adecuada política ambiental y que los esfuerzos en éste sentido son realmente dignos de encomio.
Escribiendo estas líneas, conozco el archivo publicado por el ex presidente Pastrana en el que se oye a algunos representantes de las Farc hablar sobre su código ambiental: “Si se tala un árbol se siembran tres, si se mata una danta se paga un millón, si se caza sin permiso se decomisa el arma, etc.”; se debe decir en honor a la verdad que en algunas regiones que fueron controladas por las autodefensas se tenían normas bastante cercanas a éstas.
Del dicho al hecho
La real financiación de los movimientos extremos como la guerrilla o las Bacrim o las desaparecidas AUC, está basada en tres pilares; los cultivos ilícitos, la minería ilegal y la extorsión y el secuestro. Con cualquiera de ellos están borrando de un plumazo toda su teoría de protección del medio ambiente y aumentando la contaminación a niveles inadmisibles para cualquier país civilizado:
- Los cultivos ilícitos.La producción de amapola, marihuana u hoja de coca, no está dada en las zonas agrícolas tradicionales, su misma ilegalidad hace que se siembre en zonas remotas o boscosas para evitar ser detectadas y poder hacer la transformación. Esta siembra tiene varios efectos nocivos: genera deforestación por la tala de árboles, contaminación en los suelos y no existe un manejo adecuado de residuos.
- La minería ilegal.Con el agua que se contamina en un día de trabajo en una mina de oro, sin el cumplimiento de las normas ambientales, se podría surtir de agua potable una población de 650.000 habitantes por el mismo día; además se están generando grandes concentraciones de mercurio, de cianuro y de estaño. En pocos años tendremos poblaciones enteras sujetas a deformaciones genéticas y a problemas cancerígenos de alto impacto en la salud, además de que no se paga ningún tipo de regalías para poder tener servicios de salud acordes al problema. Es también claro que la minería, no controlada, genera terrenos estériles y seca fuentes de agua.
- La extorsión. Por la vía de éste delito se han realizado un sinnúmero de voladuras de oleoductos en el país, las cuales han generado daños incalculables al planeta; los derrames de hidrocarburos por voladuras en Colombia, equivalen a once veces lo derramado por la Exón Valdés en Alaska en 1989. Según informe de la Defensoría del Pueblo, los daños irreversibles a los ecosistemas de los lugares afectados también son incalculables y se calcula que varias especies de flora y fauna han desaparecido o están amenazadas de extinción por éste motivo. Según el informe la mayor parte de las voladuras son hechas por el Eln y las Farc. De cada 100 barriles de petróleo derramado, solo se logra la recuperación de 25 a 30; tan solo en la voladura del oleoducto Caño Limón-Coveñas se han derramado más de un millón de barriles que contaminan aguas y suelos del entorno destruyendo la naturaleza. La mayor parte de las actividades de exploración, producción y transporte de hidrocarburos se hace en zonas frágiles y de abundante biodiversidad, principalmente en el piedemonte de la cordillera Oriental y en la cuenca del río Magdalena. Las personas que allí habitan viven directamente de sus recursos naturales; las personas que vivían de la caza, la pesca o la agricultura, se quedan sin su principal sustento y tienen que abandonar la tierra para sobrevivir, lo cual genera otra forma de desplazamiento forzado.
Y todo esto es una pequeña aproximación de los daños que estas actividades están infringiendo a la naturaleza y de la forma como están acabando con el planeta en que vivimos.
La capital
Aún cuando muchas personas siguen pensando que Bogotá es el centro y sus alrededores, la realidad es que Bogotá es uno de los municipios con mayor territorio en el país y que gran parte de éste está ubicado en el páramo de Sumapaz y en otras zonas rurales; tanto en la zona urbana como en el sector rural, el deterioro ambiental es cada vez mayor y cada vez con menos control. El cambio del DAMA, un ente técnico por excelencia, por uno eminentemente político como la Secretaría de Ambiente, ha sido nefasto para la capital del país; veamos algunos aspectos del tema en nuestra capital:
- Aire. El sistema de transporte masivo fue vendido como un sistema completamente limpio. Esto no es cierto, no solo no es mejor sino que su revisión de gases es propia y no tiene control ambiental. De hecho, en el Día Sin Carro las mediciones de aire en la línea del Transmilenio no muestran diferencias significativas con un día normal; la falta de mantenimiento en las vías genera polución por retención de material particulado por efecto mecánico o eólico; la baja velocidad promedio hace que los vehículos estén más tiempo en funcionamiento y se muevan en cambios bajos que generan mayores niveles de contaminación; éstos entre otros efectos.
- Agua. Estudios serios de diversas universidades han demostrado que en varios barrios suburbanos se encuentran grandes concentraciones de metales pesados en los acueductos, con el consabido aumento del deterioro de la salud pública; los esfuerzos que el Distrito realiza por la protección del páramo de Sumapaz son prácticamente nulos y el deterioro de un ecosistema, que debiera ser reserva hídrica de la humanidad, es cada vez mayor. Se considera que ha perdido cerca de un 50% de su capacidad hídrica en los últimos 100 años.
Existen otros temas que deberán quedar para otra oportunidad, lo principal por ahora es entender que el problema ambiental no tiene color político y que todos debemos participar en la protección del medio ambiente.
* Director Maestría en "Gestión y evaluación ambiental" Escuela de Ingenierías- Universidad Sergio Arboleda alsanchez2006@yahoo.es
@alvaro080255