España e Italia abrieron ayer el mercado de deuda pública de 2013 con intereses en fuerte baja, confirmando una distensión de los mercados iniciada a finales del año pasado, en la que confía el gobierno español para evitar un rescate de su economía.
En una bocanada de oxígeno para las finanzas de un país enfrentado a graves problemas económicos, España superó con creces las previsiones, con 5.816 millones de euros (unos 7.617 millones de dólares) de colocaciones a medio y corto plazo, frente a la horquilla prevista de 4.000 a 5.000 millones, según datos del Banco de España.
Esta primera emisión española de 2013 se benefició de tasas muy inferiores a las precedentes comparables: 3,988% para los 1.949,96 millones colocados en bonos a cinco años (frente a 4,680% el 8 de noviembre) y 5,555% para los 469,73 millones con vencimiento a 2026 (frente al 6,191% que pagó el 21 de julio de 2011).
El Tesoro español colocó asimismo 3.396,78 millones de euros en una nueva referencia de bonos a dos años con un interés de 2,476%.
También Italia recibió una muestra de creciente confianza en sus finanzas en su primera incursión del año en el mercado, con la emisión de 8.500 millones de euros a 12 meses a un rendimiento del 0,864%, frente al 1,456% que tuvo que ofrecer en la última operación de este tipo, realizada el 12 de diciembre, informó el Banco de Italia.
Según la agencia financiera estadounidense Dow Jones, se trata de la menor tasa obtenida por Italia en los últimos tres años.
La prima de riesgo italiana -la diferencia entre los intereses que tiene que ofrecer un país y lo que concede Alemania para financiarse a diez años- se situaba ayer por la mañana en 266 puntos básicos, después de haber cerrado 2012 a más de 300 puntos.