Los islamistas somalíes shebab mataron al menos a 36 personas la noche del lunes en una cantera del noreste de Kenia, en la frontera con Somalia, y prometieron "ser implacables" en sus ataques.
Unos 20 individuos entraron alrededor de medianoche en una cantera de piedra cerca de Mandera, una ciudad cercana a la frontera somalí, y abrieron fuego contra las carpas donde dormían los obreros.
Por lo menos 36 personas perdieron la vida, indicaron la policía y la Cruz Roja. Algunas víctimas fueron degolladas y decapitadas. Otras desaparecieron, según otra fuente policial.
"Nuestro equipo está en el terreno para recoger testimonios", indicó la Cruz Roja keniana.
Un portavoz policial, Zipporah Mboroki, confirmó los ataques, pero agregó que más adelante se difundirá un balance preciso.
"Hemos perdido a 36 personas, pero otras desaparecieron", agregó un responsable policial, que pidió el anonimato. "Nosotros ignoramos si fueron secuestrados por los atacantes", añadió.
El ataque fue reinvindicado en Somalia por los shebab, quienes reiteraron que su organización será "intransigente, implacable y despiadada" en la lucha contra Kenia.
"Casi 40 cruzados de Kenia murieron en otro ataque exitoso llevado a cabo por los muyahidines de la brigada Saleh Nabhan en Koromei, en las afueras de Mandera", dijo el portavoz de esta milicia islamista, Ali Mohamud Rage, en un comunicado transmitido a la AFP.
"Este último ataque forma parte de una serie de operaciones planificadas y ejecutadas por los muyahidines en respuesta a la ocupación de tierras musulmanas por el ejército keniano y sus atrocidades", afirmó Mohamud Rage.
"Nosotros continuaremos defendiendo nuestra tierra y nuestro pueblo ante esta agresión. No haremos ninguna concesión (...), seremos implacables con los infieles", amenazó este portavoz.
Esta matanza tuvo lugar pocas horas después de otro ataque que tuvo lugar en la ciudad de Wajir, que al igual que Mandera se encuentra a poca distancia de la peligrosa frontera con Somalia, desgarrada por la guerra.
El lunes, hombres armados lanzaron granadas y abrieron fuego en un bar, dejando un muerto y 12 heridos entre los clientes, muchos de los cuales no eran originarios de esa región, cuya población pertenece mayoritariamente a la etnia somalí y es de religión musulmana. Este ataque tampoco fue reivindicado.
En Kenia se han registrado numerosos atentados desde la intervención de sus fuerzas armadas contra los shebab en el sur de Somalia, en 2011. Las tropas de la Unión Africana se les unieron más tarde. Los islamistas sufrieron numerosos reveses, perdiendo progresivamente muchos de sus bastiones en el sur, pero en represalia lanzaron ataques y atentados en Kenia.
El más espectacular de esos atentados tuvo lugar en septiembre de 2013, cuando un lujoso centro comercial en pleno corazón de Nairobi sufrió un ataque que dejó 67 muertos, entre los cuales había clientes, comerciantes y policías.
A medida que la presión de las fuerzas de seguridad se acentuó sobre los musulmanes en Kenia, los shebab se presentaron como defensores de esa comunidad, minoritaria a escala del país, pero mayoritaria en la región de Mombasa y en el noreste.