Por: Pablo Uribe Ruan
Especial para EL NUEVO SIGLO
EL Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS) ya está en Túnez donde perpetró un atentado el miércoles pasado contra 17 turistas en el Museo Nacional Bardo. A primer vista la acción terrorista no se le atribuyó al ISIS, pero con el paso de las horas un grupo tunecino denominado, "Batallón de Uqba ibn Nafi", subió un video a la página de internet yihadista, Ifriqiyah, y asumió la autoría del atentado.
Si bien el Isis no dijo ser autor del ataque, si impulsó a todos los yihadistas a seguir con los atentados contra los turistas y seguir batallando para tomarse Túnez. Lo que quiere decir que ese pequeño grupo si está asociado con el ISIS o realiza acciones a favor del grupo, como suele suceder en el resto de países de la región.
El gobierno democrático del presidente tunecico, Beyi Caid Essebsi, elegido hace tres meses, y la comunidad internacional, en especial, Italia, encabezada por su primer ministro, Matteo Renzi, expresaron su profunda preocupación por lo sucedido, pues el hecho de que el ISIS ya esté presente en Túnez resulta sumamente peligroso. Son uno, dos, tres pasos, 133 kilómetros de distancia entre Túnez y la Isla de Lampedussa, Italia.
El ISIS ya está pisando la alfombra europea como ejército, más allá de los "lobos solitarios" que existen en varios países del continente. La amenaza incrementa y Europa y sus aliados no tienen una estrategia uniforme para enfrentar a los yihadistas. Por eso, vale la pena preguntarse. ¿Qué tan fuerte es la presencia del ISIS en el Magreb? ¿Cuáles son las salidas que tienes los países que combaten a esta organización terroristas en esa región?
Expansión del Estado Islámico
Hace un tiempo se pensaba que el Estado Islámico era un fenómeno ubicado entre Siria e Irak con presencia en algunos países vecinos. Pero de un año para acá, la expansión del grupo terrorista ha incrementado de manera peligrosa.
En varios países diferentes grupos yihadistas con presencia en Pakistán, Afganistán y Nigeria se han unido al ISIS, tal como el caso del Boko Haram cuyo líder, Ustaz Mohammed Yusuf, anunció la semana pasada que se unía a la organización al igual que los talibanes.
Es llamativo que Al Qaeda, contrario a los demás grupo, se haya distanciado del Estado Islámico. Quizás sea porque ve en esa alianza una pérdida del poder que tiene como principal organización yihadista en el mundo. O de repente sea porque las políticas de cada organización son diferentes. El hecho es que en Libia, principalmente, y de manera incipiente en Túnez, se empieza a ver la adhesión de pequeños grupos al ISIS.
Dado el poder de expansión del ISIS, Occidente tiene como reto bloquear la propagación del ISIS sobre el Magreb, en especial, en Libia, en donde el grupo actualmente controla la totalidad de las ciudades de Darna, Sirte y parte de Benghazi, y su siguiente objetivo es tomarse Misurata, la tercer ciudad más grande del país. En el papel se podría lograr una coalición internacional, que de hecho ya ha sido propuesta varias veces por Italia y Egipto, con el fin de atacar al grupo y parar su expansión militar. Sin embargo, la falta de un gobierno unificado en Libia - en el momento hay dos gobiernos paralelos luego de la caída de Gadafi y una guerra civil que los enfrenta por todo el país- dificulta las posibilidades de llegar a una posible a un acuerdo.
Luego de los ataques aéreos egipcios sobre Darna por la muerte de 21 cristianos coptos a manos del ISIS, Egipto propuso, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, una coalición internacional y la eliminación del embargo de armas sobre Libia. No obstante, tal propuesta a la fecha no ha tenido ningún efecto. Matteo Renzi, Primer Ministro dijo " que la propuesta es esperar, para que el Consejo de Seguridad de la ONU pueda trabajar con un poco más de convicción sobre Libia".
¿Esperar? La respuesta no da espera. "Con filiales en Argelia, Egipto, Libia, el grupo está comenzando a armar una creciente presencia internacional", dijo Vicent Stewart, director de la Agencia de Inteligencia de los Estados Unidos.
Lo preocupante es que dentro de esta información no se tiene en cuenta lo que la Agencia de Seguridad de Túnez ha dicho y es que más de 3.000 tunecinos hacen parte de las filas en Siria del Estado Islámico, los cuales más de la mitad planean retornar a su país para establecer una estrecha relación entre Túnez y el ISIS.
Resulta paradigmático que Túnez, un país que se caracteriza por tener uno de los niveles de desarrollo más altos de la zona, sea el foco de donde provienen el mayor número de combatientes extranjeros del ISIS. Pero no sólo esto, la situación de sus vecinos es preocupante. Al este de Túnez se encuentra el pantano de Libia, con presencia del Estado Islámico, y al oeste las montañas de Chaambi, frontera con Argelia, donde los yihadistas también están presentes.
Como se ve, Túnez está rodeado de una presencia importante de fuerza del ISIS en sus fronteras y, por supuesto, en su territorio, de ahí que sea tan necesario buscar una coalición inmediata para combatir la amenaza del Levante.
Italia: un solo camino
No es un secreto. Italia desde las guerras púnicas hasta la Segunda Guerra Mundial siempre ha visto a Libia y Túnez como objetivos militares, sea para expandir su territorio o simplemente para protegerse, como en este caso. De tal manera que las declaraciones del ministra de Defensa italiana, Roberta Pinotti, en las sugirió que Italia está buscando la manera de invadir a Libia para luchar contra el ISIS, no sorprenden.
En un video producido en Libia miembros de la organización aseguraron que su próximo objetivo (Enero, 2015), tras la decapitación de los coptos, es el Vaticano, principal símbolo de la cristiandad. A lo cual hizo alusión el Ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, quien dijo que Roma considera al ISIS "justo al sur de Roma", palabras de alto calado que toman un matiz más oscuros dado el incremento de la amenaza tras lo sucedido en Túnez.
A lo sumo, Roberta Pinotti, Ministra de Defensa, anunció que ya están listos 5.000 soldado para liderar una misión unilateral en Libia, pero la última palabra la tiene Renzi, quien en los últimos días ha reiterado que espera una decisión del Consejo de Seguridad para lograr una coalición con varios aliados e iniciar el ataque.
¿Cuándo se va tomar la decisión?. Ese es el problema. El Consejo de Seguridad tiene previsto reunirse en las siguientes semanas y tomar una decisión de fondo sobre el asunto. Pero, en medio de todo esto, diferentes países como Egipto, (que ya atacó en Dabar), Libia, e Italia, -quien cada vez se preocupa más por la amenaza del ISIS- han mostrado que haya o no acuerdo van atacar lo más pronto posible en Libia para parar la arremetida del ISIS.
Entretanto, Túnez, el único país árabe que logró hacer la transición a la democracia de manera exitosa, tiene una dura prueba tras el ataque del miércoles pasado en cuanto debe demostrar de qué está hecho su nuevo gobierno. O le da rienda suelta a las viejas divisiones que persisten en la penumbra, las cuales, de un lado, son fieles a la dictadura y a los extremistas; o asume el reto de manera unificada sin darle cabida a los divisionistas, manteniendo el gobierno de unidad.
Todo depende del manejo que Essebi, su presidente, le dé a la lucha contra el ISIS y las decisiones que tome alrededor. Lo que sí es cierto es que el camino de Túnez en esta lucha va ser diferente al de Libia que, como se ha dicho, está en guerra civil y tiene parte de su territorio controlado por los yihadistas.
Dirán algunos que este panorama negativo se debe a un proceso errado de transición a la democracia. Yo creo que sí. En todo caso en las próximas semanas veremos cómo en esta lucha contra el ISIS se presentan nuevas acciones en Libia por parte de países vecinos que no ven otra vía más que atacar, así no haya ningún acuerdo para ello.