Irlanda insistió el miércoles en su voluntad de obtener un acuerdo con la Unión Europea sobre su deuda bancaria, que ha convertido en una prioridad de su presidencia del bloque para poder salir del programa de ayuda este mismo año.
"Tenemos un deber de responsabilidad con respecto a la agenda europea, pero no hemos olvidado, y no olvidaremos, nuestra necesidad inmediata que es solucionar el tema de la importancia de nuestra deuda bancaria", declaró el primer ministro Enda Kenny.
"Es una prioridad para la presidencia irlandesa", agregó durante una rueda de prensa que ofreció conjuntamente con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, con ocasión del lanzamiento de la presidencia semestral en el prestigioso castillo de Dublín, en el corazón de la capital.
Cuando comenzó la crisis bancaria, Irlanda desembolsó 64.000 millones de euros (83.000 millones de dólares) para salvar y reestructurar su sector bancario. Una parte de esta cantidad provino del Banco Central Europeo (BCE) y deber ser reembolsada anualmente durante ocho años más.
El país debe desbloquear a fin de marzo algo más de 3.000 millones de euros. Negocia actualmente con el BCE para obtener una prolongación de la duración de reembolso y una bajada de las tasas de interés.
"El Banco Central Europeo y las autoridades irlandesas siguen trabajando duro para llegar a un acuerdo aceptable. Espero realmente que se encuentre una solución positiva", declaró Van Rompuy.
A más largo plazo, Dublín quiere también poder beneficiarse de una recapitalización directa de su banca a través del MEDE, el fondo europeo de rescate. Pero dicha medida, que sería retroactiva, debe obtener primero el aval de la zona euro.
Cuando Irlanda repite que quiere ser el primer país de la UE en salir del un programa de ayuda internacional, Kenny estimó que requería absolutamente para ello "el apoyo" del BCE y de la eurozona. "Lo necesitamos y esperamos obtenerlo", dijo.
AFP