Irán y 5+1, a punto de "fusión" política | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Abril de 2015

COMO protones, es decir cargados positivamente y   gracias a la reiterada interacción diplomática, Irán y el Grupo 5+1 estarán a punto de contrariar una de las leyes de la física (la  fuerza electrostática)  para lograr una “fusión” que viabilice el tan anhelado consenso político en torno al programa nuclear.

El cronograma de las negociaciones iniciadas hace más de una década fijaba el 31 de marzo como plazo para alcanzar un entendimiento real.  Parece que fue precisamente el tiempo el que desencadenó una positiva reacción en cadena, ya que sobre el  límite –al filo de la medianoche- los negociadores comenzaron a encontrar consensos en torno a los tres puntos que bloqueaban la mesa, a saber: la duración del acuerdo, el levantamiento de las sanciones de la ONU y el mecanismo de garantía y control. 

Al destrabarse algunos de esos ítems, en una clara demostración de voluntad política entre las partes, decidieron que los diálogos continuarán hoy. Así, la expectativa mundial vuelve a centrarse sobre Lausana, Suiza, epicentro de los mismos y desde donde se comunicaría  la buena nueva de un freno a la carrera nuclear iraní, una amenaza para la seguridad orbital.

"Hemos hecho suficientes progresos en los días pasados para que merezca que nos quedemos hasta el miércoles", declaró Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado norteamericano anoche. Sin embargo admitió que "todavía quedan pendientes muchos temas difíciles".

No hay certeza sobre el desenlace de año y medio de maratón diplomático, pero en medio del hermetismo de las negociaciones se percibía un moderado optimismo.

Los ministros de Exteriores de Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Francia y Alemania se reunieron en Lausana (Suiza) con su homólogo iraní, Mohamad Javad Zarif. Más tarde se unió a la mesa el  ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, quien días atrás había advertido que no retornaría si no se vislumbraba la posibilidad real de un entendimiento definitivo.

"Las perspectivas de esta ronda de negociaciones no son malas, yo incluso diría que son buenas…Nada es nunca seguro al 100%. Pero las posibilidades son grandes si ninguno de los participantes hace aumentar los problemas en el último momento con la idea de ganar algo más en lugar de buscar el equilibro de los intereses de cada uno", matizó el ministro ruso a su regreso a Lausana.

Por su parte, el negociador iraní Hamid Baidinejad aseguró que Teherán estaba  dispuesta a "continuar hasta llegar a una solución".

"Avanzamos, pero lentamente, dada la complejidad de las cuestiones y el hecho de que se trata del examen final", declaró Behruz Kamalvandi, portavoz de la Organización iraní de la Energía atómica a la prensa.

"No está resuelto" aún, había declarado por la mañana una fuente diplomática occidental, añadiendo que las discusiones continuarían hoy, ya que  un acuerdo es aún posible.

Las grandes potencias e Irán estaban  llamadas a sellar ayer, antes de la  medianoche,  un primer compromiso fundamental en un dossier que emponzoña las relaciones internacionales desde hace doce años.

El lunes se sentaron todos a la misma mesa y los expertos de las diferentes delegaciones multiplicaron las reuniones hasta bien entrada la madrugada para solventar los últimos obstáculos de cara a un acuerdo político "factible".

"Ya es hora de tomar decisiones" para lograr un acuerdo, estimó la portavoz del departamento de Estado norteamericano, Marie Harf, matizando que Washington no se precipitaría "para concluir un mal acuerdo". 

El objetivo de las negociaciones es alcanzar un pacto político sobre el programa nuclear iraní, que permita negociar a continuación hasta el 30 de junio un acuerdo definitivo con todos los detalles técnicos.

Los diplomáticos buscan que Irán garantice la naturaleza civil de su programa nuclear, a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía desde hace años. 

"No tenemos ni idea de lo que pasará si no lo logramos. Deberemos darnos cuenta de dónde estamos exactamente y decidir qué ocurrirá a continuación". Las opciones de llegar a un acuerdo son de un "50-50" por ciento, añadió Harf.

Los puntos de discordia

 "Estamos en las últimas horas", consideró una fuente diplomática, que en la mañana anticipó que  las negociaciones pudieran prolongarse en el formato actual, pero no por mucho tiempo. "Los ministros están aquí desde hace días, han cambiado sus agendas para poder quedarse, y todos tienen obligaciones".

Según explicó un diplomático occidental, las negociaciones estaban bloqueadas en tres puntos clave: la duración del acuerdo, el levantamiento de las sanciones de la ONU y el mecanismo de garantía y control. 

Mientras que las grandes potencias desean un marco estricto de control de las actividades nucleares iraníes, en el campo de la investigación y del desarrollo, durante al menos 15 años, Irán solo quiere un compromiso de 10 años como máximo. 

La cuestión de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU es otro tema espinoso. 

Los países del 5+1 están preparados para suspender sus sanciones, no eliminarlas, de una forma gradual para asegurarse de que Irán no viola el acuerdo, mientras que los iraníes piden que estas se retiren de forma inmediata tras la firma de un acuerdo. 

A este respecto, Lavrov dijo que "tras la conclusión de un acuerdo, se deberá levantar las sanciones" contra Irán. 

En el caso de que se retiren algunas sanciones, algunos países del 5+1 quieren un mecanismo que permita imponerlas de nuevo rápidamente si Irán viola sus compromisos, según dijo un diplomático occidental. 

Y aunque al vencer el plazo no se logró el tan anhelado consenso, ello no puede encasillarse como un fracaso básicamente porque el diálogo se extendió, lo que significa que la negociación se mantiene porque hay visos de alcanzar prontamente un acuerdo.

Sin embargo expertos advierten que deberá llegarse prontamente a una conclusión porque la situación a nivel externo tiende a complicarse a causa del desacuerdo que un eventual acuerdo con Irán ha generado en los opositores políticos del presidente Barack Obama, así como la férrea negativa de Israel al mismo./EL NUEVO SIGLO con AFP