Invierno aguaría boom económico | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Noviembre de 2011

 

Las previsiones de los analistas indican que el país podría sufrir un retraso en su infraestructura pero continuará por la senda positiva
 
Si la ola invernal se extiende y agrava por mucho tiempo, su impacto afectaría y frenaría el boom económico que actualmente vive el país. Sin embargo, este efecto sólo podría considerarse a mediano plazo debido a la estructura del Producto Interno Bruto.
Sin duda la primera consecuencia que ya se siente es en el bolsillo de los colombianos que ahora debe pagar un mayor precio por los alimentos ante las dificultades en su transporte de los cultivos hasta los centro de acopio. Este hecho inmediatamente se reflejará en el comportamiento de la inflación como ya empieza a notarse en los resultados del IPC para septiembre y octubre de este año.
Para el analista de Correval, Daniel Velandia, los riesgos de un incremento sustancial de la inflación jalonada por el precio de los alimentos y otros productos ya se nota en el ambiente, con lo que no se cumpliría con el rango medio de la meta de inflación para este año, establecida en 3 por ciento y de 4 por ciento como límite.
La segunda ola invernal, junto con los precios internacionales de los commodities, ejercerán presiones sobre los precios locales. Por lo tanto, una inflación con presiones al alza durante el año, unas expectativas de crecimiento de 2011 alrededor de 5.27%, junto con la tasa de cambio real baja crean un escenario previsible.
En el caso del sector agropecuario nada resulta más complejo que una situación en la que, como se dice coloquialmente, “llueve sobre mojado” como está sucediendo actualmente.
Como es bien sabido, hace algunas semanas se declaró oficialmente el inicio de un nuevo Fenómeno de La Niña, cuya fase de maduración llegaría entre el presente mes y diciembre y cuyas lluvias podrían extenderse hasta marzo del próximo año.
Aunque en esta oportunidad se ha calificado al nuevo fenómeno como ‘débil’ en relación con el observado a comienzos de 2011, debe considerarse que no sólo se generan riesgos desde el punto de vista de la producción debido a que las lluvias siguen presentes en regiones que aún no han logrado recuperarse tras las etapas previas del invierno, sino que adicionalmente las vías se encuentran aún con un alto grado de saturación de agua, imponiendo riesgos nuevamente sobre el transporte de alimentos. Así por ejemplo, en los últimos días se ha evidenciado una relativa escasez de leche derivada de una reducción en la producción en el altiplano boyacense y en la Costa Atlántica cercana a 10 por ciento en lo que va de noviembre.
Ya en octubre, el resultado de la inflación sorprendió al alza a la mayor parte de los analistas por segundo mes consecutivo. De esta forma, el dato observado de 0.19 por ciento se compara con el 0.10 por ciento esperado por el mercado según la encuesta del Banco de la República y el 0.11 por ciento registrado en la encuesta del Citibank. 
Con esto, el dato anual quedó ubicado en 4.02 por ciento, el mayor registro desde mayo de 2009, levemente por arriba del rango meta establecido por la autoridad monetaria entre 2 por ciento y 4 por ciento.
 
 
Crecimiento
Indican los analistas que en lo corrido de 2011, Colombia ha logrado registrar un crecimiento económico sostenido.
Luego de sortear la crisis de 2008-2009 con crecimientos de 3.5% y 1.5% respectivamente, la economía local logró crecer 4.3% en 2010 (crecimiento esperado en el informe anual de 2010) con un buen dinamismo en la mayoría de los sectores. 
Los precios internacionales de los commodities, junto con una demanda interna creciente (crecimiento de crédito) han llevado a la economía a crecer por encima del 5.0% en la primera parte de 2011 y para lo que resta del año, las cartas ya están jugadas.
Señalan los expertos que ciertas locomotoras no han despegado de la manera esperada. Sin embargo, el crecimiento de la economía muestra buenos indicadores locales reforzando el buen momento económico que se ha visto desde al año anterior. 
Por el contrario, la tormenta externa dificulta la posibilidad de poder predecir lo que se verá en el mediano y largo plazo. Debido a esto, los retos para mantener un crecimiento sostenido local, en un entorno de incertidumbre internacional son importantes y requerirá de una vigilancia permanente por parte de las autoridades locales.
En perspectiva general, el crecimiento de corto plazo estará enfocado en sectores como la minería, comercio y financiero. En una perspectiva de mediano y largo plazo, la minería presentará una desaceleración en su crecimiento mientras que sectores como la construcción e industria mostrarán dinámicas importantes.
 
 
El agro
El sector agrícola, fuertemente impactado por el fenómeno de La Niña, mantendrá un tenue comportamiento. Ésta es la locomotora con la perspectiva de crecimiento más baja.
La fuerte reducción del comercio con Venezuela junto con factores climáticos ha afectado fuertemente el sector agropecuario. Durante 2010, el incremento en los precios internacionales no se reflejó en los precios locales debido en gran parte a la mayor oferta interna (cierre del mercado venezolano) desincentivando la implementación de nuevos proyectos. 
Sin embargo, debido a las fuertes lluvias los precios han reaccionado positivamente. Esta locomotora será la que necesite la mayor cantidad de “combustible” para que empezar a contribuir de manera significativa al crecimiento. Las perspectivas de producción cafetera a mediano plazo siguen siendo estables, sub-sector que pierde cada vez mayor peso en el sector. 
La producción de animales vivos (41% del sector) mostrará una lenta recuperación debido a la evolución de nuevos socios comerciales y restauración de las exportaciones hacia Venezuela.
Para el 2011 el sector agrícola crecerá 3.5% mientras que para 2012 se verá una disminución, alcanzando 2.74%. En el largo plazo, las expectativas dependerán del éxito de los programas de incentivos agropecuarios y de la demanda mundial de los alimentos. Es importante tener en cuenta que gran parte de los proyectos del sector agrícola como la palma de aceite, maderables y agroindustria generarán valor agregado en el mediano plazo dado que requieren entre 3 y 6 años para iniciar su producción.
Un ejemplo de lo que sucede en el agro es el comportamiento del café. Los productores de café en la zona centro del país previeron que debido a la intensidad del invierno continuará la escasez del grano en el país y que no habrá cosecha de mitaca en el primer semestre del año 2.012. La reducción en la producción de la actual cosecha que se recoge en la región centro es del 50 por ciento.
El dirigente cafetero y directivo de la Asociación Nacional de Exportadores de Café Fernando Gómez Chica, indicó que las lluvias no han permitido el transporte del producto de las áreas rurales a las urbanas ahora que se esta en proceso de recolección, y que además no habrá florescencia de los cultivos para la producción que se recoge entre marzo y mayo de cada año.
Explicó que así como la baja este año será superior al millón de sacos las perspectivas no son las mejores para el año próximo, lo que obligará a aumentar las importaciones de café de países vecinos y que en los mercados internos se consuma un producto de mala calidad.
Dijo el dirigente gremial que se espera que por la reducción en la producción no se afecten los compromisos internacionales y por ende se mantenga la solvencia del Fondo Nacional del Café encargado de garantizar la compra de las cosechas y de entregar los recursos a los caficultores.
 
 
La perspectiva
Desde una perspectiva de largo plazo, el Gobierno se encuentra preparado para asumir una postura fiscal que impulse el desarrollo económico y social del país, apoyada en un nuevo marco institucional basado en las tres reformas logradas en el primer año de la administración Santos (la sostenibilidad fiscal como un criterio constitucional, el nuevo sistema general de regalías y la adopción de la regla fiscal sobre las finanzas del Gobierno Central). 
Adicionalmente, el gobierno ha hecho saber que tiene serias intenciones de promover una reforma tributaria estructural adicional a la mini reforma de 2010. Estas reformas constituyen los pilares fundamentales de la transformación hacia una mayor disciplina fiscal.
Para lo que resta del año, las expectativas se mantienen positivas a pesar del impacto del invierno. Por una parte, y teniendo en cuenta que la ejecución del gasto ha sido lenta, ésta podría normalizarse en el último trimestre del año manteniéndose ajustada al monto autorizado por el Congreso incluyendo los gastos asociados a la oleada invernal. Por ahora no se perciben riesgos de que el gasto deba aumentarse para compensar alguna necesidad.
Por otra parte, las noticias siguen siendo positivas para los ingresos, principalmente para el recaudo tributario. Éste, con corte a junio, registró un aumento record de 28% frente al mismo periodo de 2010. La cifra pasó de $35.7 a $45 billones, lo que representa un sobrecumplimiento de la meta de 106%. Lo anterior obedeció principalmente al comportamiento de los impuestos de renta, de patrimonio y al Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF).
Parte del auge minero energético se ahorrará en los fondos creados por las reformas siguiendo los lineamientos de los pilares del nuevo sistema de regalías y de la regla fiscal. Por otra parte, el auge estará acompañado de un mayor y más estable recaudo tributario, producto de la reforma aprobada y de una mayor eficiencia de la DIAN. 
Con todo lo anterior, y muy importante, la nueva senda de disciplina fiscal permitirá reducir los niveles de la deuda pública, reflejándose en menores pagos de intereses, recursos que podrían ser utilizados en inversión.
A nivel local, hay un riesgo importante que impactaría directamente uno de los supuestos de la estrategia fiscal. El riesgo se asocia a la locomotora de minería, de la cual empiezan a vislumbrarse algunas debilidades estructurales asociadas al tema legal y ambiental que retrasarían o impondrían un crecimiento del sector menos explosivo que el anticipado.
De otro lado, y con miras hacia una consolidación fiscal, se espera que el gasto público muestre una dinámica estable, con crecimientos inferiores al gasto privado. Con el propósito de mejorar las finanzas públicas, el Gobierno mantendrá un gasto sobrio y enfocado en las locomotoras de crecimiento. 
Sin embargo, en el corto plazo el gasto público podrá mostrar algunas sorpresas. El presupuesto nacional de 2012 se ubica en $165 billones, lo que representa un incremento de 12% nominal frente a 2011. Aunque lo anterior augura una buena dinámica de este tipo de gasto, aplaza hacia 2013 y 2014 las reducciones en el gasto y el mejoramiento del desbalance fiscal.
Con el propósito de reducir el déficit fiscal de 4.1% en 2011 a 2.4% en 2014, el GNC entrará en una senda de bajo crecimiento en el gasto, creciendo alrededor del 3% en términos reales en el mediano plazo.