Los inspectores de la ONU finalizaron su investigación sobre la supuesta utilización de armas químicas en Siria y abandonaron el país este lunes, un día antes de la llegada a Damasco de 20 expertos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) encargada de destruir el arsenal químico del régimen.
El presidente de Siria, Bashar al Asad, aseguró que su país acatará la resolución de la ONU, según la cual su régimen debe entregar sus armas químicas para que sean destruidas, bajo supervisión de la OPAQ.
Esta resolución supone un importante avance diplomático desde el comienzo del conflicto sirio que, según la ONU, ya dejó más de 100.000 muertos.
Sin embargo, podrían generarse nuevas tensiones entre rusos y occidentales en el Consejo de Seguridad, con el inicio este lunes del estudio de un proyecto de declaración para pedir a Damasco que facilite a las agencias humanitarias de la ONU el acceso hasta la población.
El equipo de seis expertos de la ONU, dirigido por Aake Sellström, finalizó su investigación sobre el uso de armas químicas en siete lugares cerca de Damasco y en el norte del país, donde el régimen y la oposición denunciaron ataques químicos.
Según la ONU, estos inspectores "recibieron documentos y muestras y realizaron entrevistas", y deben entregar su informe antes de finales de octubre.
Los expertos de la ONU ya establecieron en un informe anterior que durante el ataque del 21 de agosto cometido cerca de Damasco se utilizó gas sarín a gran escala, lo que provocó una indignación mundial y llevó a varios países, con Estados Unidos a la cabeza, a prever una acción militar de castigo.
Según Washington, este ataque dejó más de 1.500 muertos.
El martes, 20 expertos de la OPAQ llegarán a Damasco para examinar la lista de lugares de producción y almacenamiento de armas químicas que el régimen sirio entregó a la organización el pasado 19 de septiembre, en el marco de un acuerdo ruso-estadounidense sobre el desarme químico del país antes de mediados de 2014.
"En estos momentos, no tenemos ningún motivo para dudar de las informaciones suministradas por el régimen sirio", señaló un responsable de la OPAQ el domingo en La Haya, sede de la organización.
Según los expertos, Siria posee más de 1.000 toneladas de armas químicas (sarín, gas mostaza).
Entrevistado en la cadena de televisión Rai News 24 sobre la resolución de la ONU Asad aseguró que "por supuesto, vamos a respetarla y nuestra historia demuestra que siempre hemos respetado nuestra firma en todos los tratados que hemos suscrito".
La resolución de la ONU incluye la celebración "lo más pronto posible" de una conferencia internacional en Ginebra para alcanzar una solución política, pero con un formato todavía por definir.
Asad consideró que Europa no tiene la capacidad necesaria para desempeñar un papel en la solución de la crisis de su país, especialmente en esta conferencia de paz, llamada Ginebra 2.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, respondió a estas declaraciones asegurando que países europeos participarían en la conferencia.
"Al principio era sobre todo un asunto ruso-estadounidense", dijo Fabius, que explicó que "consiguió" que China, Francia y Reino Unido estén asociadas.
La lista de participantes también plantea problemas. El líder de la oposición, Ahmad Jarba, dijo el sábado que la Coalición Nacional Siria está dispuesta a enviar una delegación.
Pero Asad sostiene que "no podemos hablar por ejemplo con organizaciones vinculadas a Al Qaida o con terroristas. No podemos negociar con gente que pide una intervención armada en Siria", dijo, refiriéndose a la Coalición.
El ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem, insistió en que en una conferencia así no puede tratarse la suerte del presidente sirio.
Sobre el terreno, la aviación del régimen bombardeó posiciones rebeldes en las provincias de Homs (centro) y Alepo (norte) y un coche bomba "mató e hirió a una decena de miembros de las fuerzas del régimen" al oeste de Damasco, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).