El presidente estadounidense, Barack Obama, obtuvo este martes el apoyo de líderes clave de la oposición republicana para un ataque militar limitado en Siria, mientras el Secretario general de la ONU advirtió contra un "baño de sangre" y llamó a la cautela.
Obama mantuvo una reunión en la Casa Blanca con legisladores de las dos cámaras del Congreso y los titulares de las comisiones legislativas más importantes.
El presidente dijo que el uso de armas químicas que atribuye al gobierno sirio representa una "seria amenaza a nuestra seguridad nacional" y a toda la región, y en consecuencia "Al Asad y Siria deben rendir cuentas".
Obama señaló que pedirá un "voto rápido" a los congresistas para una intervención militar "limitada" y sin tropas terrestres.
A la salida de la reunión, el titular de la Cámara de Representantes, John Boehner, del opositor Partido republicano, dijo a la prensa que apoyará "el llamado del presidente en favor de una acción" militar. El congresista Eric Cantor, líder de los republicanos más conservadores, también apoyó a Obama.
Para satisfacer a los parlamentarios reticentes, un nuevo proyecto de resolución parlamentaria fue elaborado en el Senado para autorizar a Obama a atacar a Siria durante 60 días, con una posible extensión a 90 días, según una copia del documento que obtuvo la AFP.
La resolución "no autoriza la utilización de fuerzas armadas estadounidenses en el terreno en Siria con el objetivo de operaciones de combate", precisa el documento. Una comisión del Senado deberá votar el texto el miércoles.
No al aislacionismo
En tanto, figuras clave del gabinete intentaron convencer a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la necesidad de una acción punitiva contra el régimen de Asad por los más de 1.400 muertos que según Washington dejó el ataque químico del pasado 21 de agosto.
El secretario de Estado, John Kerry, dijo que Estados Unidos debe actuar con medidas punitivas contra el régimen de Siria, pues una falta de respuesta enviaría una peligrosa señal a Irán, a los militantes de Hezbolá en Líbano y a otros enemigos de Washington.
"Este no es momento para el aislacionismo. Este no es momento para ser espectadores de una masacre", dijo Kerry. "Hemos hablado contra este horror inenarrable. Ahora debemos actuar", agregó.
El secretario de Defensa, Chuck Hagel, explicó por su parte que los objetivos de una acción militar serían "reducir la capacidad" del régimen sirio de perpetrar otros ataques químicos y "disuadirlo" de recurrir nuevamente a su arsenal.
"Pensamos que podemos alcanzar (esos objetivos) con una acción militar de duración y alcance limitados", afirmó, y recordó que no se trata "de resolver el conflicto en Siria por la fuerza militar directa".
La audiencia, de más de tres horas, fue repetidas veces interrumpida por manifestantes pacifistas que gritaron consignas contrarias a una intervención militar.
Dos sondeos revelan que casi uno de cada dos estadounidenses se opone a que su país ataque al régimen sirio.
Ban pide evitar "baño de sangre"
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a la cautela y dijo que un ataque militar contra Siria podría empeorar el conflicto, insistió que las potencias del Consejo de Seguridad deben unirse para detener el uso de armas químicas y exhortó a actuar dentro de la Carta de Naciones Unidas.
"Debemos considerar el impacto de cualquier acción punitiva en los esfuerzos para evitar un mayor baño de sangre y facilitar una solución política del conflicto", dijo Ban.
En este contexto de tensión, Rusia --aliado del régimen sirio-- detectó el lanzamiento de dos misiles de crucero en el mar Mediterráneo, que cayeron al mar.
Uno de ellos se realizó en el marco de un ejercicio israelo-estadounidense como una "prueba" y no "tiene nada que ver" con una posible acción militar estadounidense en Siria, aseguró el portavoz del Pentágono, George Little.
El debate en Washington coincidió con el anuncio del Alto comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) de que unos dos millones de personas han escapado de Siria y otros 4,25 millones se han visto obligados a desplazarse dentro del país, arrasado por dos años de guerra civil.
"Siria se ha convertido en la gran tragedia de este siglo, una calamidad humanitaria indigna, con sufrimientos y desplazamientos de población sin equivalente en la Historia reciente", afirmó el jefe de ACNUR, Antonio Guterres.
Medio Oriente es un polvorín
Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, llamó a Europa a unirse ante la situación siria y expresó confianza de que eso efectivamente ocurra. El parlamento francés debatirá el miércoles en sesión extraordinaria una eventual intervención militar, aunque no está prevista ninguna votación.
En una entrevista que publicó el diario francés Le Figaro, Asad dijo que "el pueblo francés no es nuestro enemigo, pero (...) en la medida que la política del Estado francés es hostil al pueblo sirio, ese Estado será su enemigo".
"Existe el riesgo de una guerra regional. Medio Oriente es un polvorín, y el fuego se está acercando", añadió.
Desde Estambul, la coalición opositora siria dijo temer un nuevo ataque de gas tóxico de las fuerzas de Damasco, señalando haber detectado el movimiento de tres convoyes militares de armas químicas en las últimas 48 horas.
Siria en el G20
Entretanto, a dos días de una cumbre del G20 el jueves en San Petersburgo --donde no se espera una reunión entre Vladimir Putin y Obama-- Rusia reiteró su oposición a cualquier acción militar contra su aliado sirio.
Sin embargo, el Primer Ministro británico, David Cameron -cuya iniciativa de una intervención militar en Siria fue rápidamente hundida por el Parlamento- dijo alimentar la esperanza de una solución diplomática durante la reunión del G20, de acuerdo con su portavoz.
La canciller alemana Angela Merkel dijo por su lado el martes que espera se halle un consenso internacional sobre Siria en el G20, pero reiteró que su país no participaría en una acción militar./AFP