Un estudio que desarrolló la Universidad Nacional en la cárcel La Picota de Bogotá encontró que dos internos del centro tienen tuberculosis, una enfermedad que se contagia por vía aérea.
“Nos parece alarmante, porque los enfermos pueden ser muchos más, con el agravante de que los internos no tienen fácil acceso a servicios de salud: tienen que estar muy mal para que los lleven al médico”, aseguró la profesora Martha Isabel Murcia, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad.
El estudio sostiene que encuestaron a alrededor de 3.300 internos y que el hallazgo es importante porque, en las condiciones de hacinamiento en las que están, los enfermos pueden contagiar a los internos que están a su alrededor.
“La tuberculosis es considerada la mayor causa de muerte en las cárceles, debido a que la probabilidad de transmisión de organismos patógenos se incrementa con el hacinamiento; la poca ventilación; el retraso en la evaluación clínica; el acceso disminuido a los elementos mínimos de aseo (como agua y jabón); el no uso de ropa limpia; la insuficiente pericia en el control de infecciones; la prohibición del uso de elementos de seguridad (como condones y jeringas estériles); y el traslado inesperado de los prisioneros, que dificulta el seguimiento de los tratamientos”, afirma el estudio.
El trabajo duró un mes, tiempo durante el cual un equipo de investigadores y de estudiantes de la Facultad de Medicina encuestó a los internos. A quienes manifestaron haber tenido tos por más de dos semanas se les consideró personas sintomáticas y fueron sometidas a exámenes médicos y se les solicitó recoger tres muestras de esputo (la secreción que desgarra la persona cuando tose).