Uruguay celebrará elecciones presidenciales el domingo para buscar al sucesor del presidente de izquierda Tabaré Vázquez, en comicios en los que la ciudadanía deberá además pronunciarse sobre una reforma de seguridad que crea una guardia militarizada.
"La democracia en Uruguay está muy firme y hay que cuidarla ante los riesgos", dijo Tabaré Vázquez el jueves a periodistas, en un último mensaje antes de la votación, para la que están convocados 2,6 millones de electores.
La votación será una prueba de fuego para el Frente Amplio, coalición de izquierda que gobierna desde 2005 y que enfrenta los comicios con una economía estancada, inflación por encima del techo de la meta oficial (7,56%), fuerte desempleo de 9% y una degradación de los indicadores de seguridad que fueron tema central de la campaña electoral.
Considerado en otra época un oasis de paz en una región turbulenta, Uruguay ha visto degradarse las estadísticas de seguridad en los últimos años.
Por eso, además de votar las fórmulas presidenciales, los uruguayos se pronunciarán por una reforma constitucional de seguridad que ha despertado polémica, en un país que registró un récord de homicidios en 2018 (414), con un alza de 45% respecto a 2017.
La reforma promueve la creación de una guardia nacional con efectivos militares en tareas policiales; la creación de la cadena perpetua "revisable" a los 30 años para delitos graves; penas más duras de prisión para homicidas y violadores, y la autorización de allanamientos nocturnos de hogares por orden judicial en caso de sospecha de ilícitos.
Aunque no la apoya ninguno de los candidatos presidenciales y ha sido objeto de una fuerte campaña en contra por parte de movimientos sociales, sindicatos y del oficialista Frente Amplio, según encuestas publicadas esta semana, entre 39 y 53 por ciento de la ciudadanía se declara favorable a la propuesta.
Las elecciones se encaminan a una segunda vuelta, según los sondeos de opinión, toda vez que ninguno de los postulantes se alzaría con mayoría absoluta de los votos el domingo.
Con 40% de las intenciones de voto, el candidato oficialista y ex alcalde de Montevideo Daniel Martínez va a la cabeza pero no tiene asegurada la presidencia. El ex senador Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (centroderecha), le sigue con 28% de las intenciones de voto.
A diferencia del Frente Amplio, que no tiene socios claros al momento de buscar alianzas para lograr una mayoría en segunda vuelta en noviembre, Lacalle Pou cosechará apoyos en el arco opositor, compuesto mayoritariamente por el liberal Partido Colorado (13%) del economista Ernesto Talvi, y el derechista y debutante Cabildo Abierto (11%), liderado por el ex comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos.
Los votantes renovarán el 100% del Parlamento, con 99 bancas en la cámara de diputados y 30 en la de Senadores. El vicepresidente de la República funge de presidente de la Asamblea General.