Se acerca unos de los fines de año más agitados desde que se fundó la Unión Europea (UE). Varios de sus estados miembro fueron protagonistas de diferentes acontecimientos que tuvieron una incidencia en el proyecto común europeo. El auge de nacionalismos y partidos euroescépticos, temas económicos, migratorios y medioambientales marcaron la agenda de este 2018. Al principio, se tenía la esperanza de que sería un buen año para el bloque, con el liderazgo del presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Ángela Merkel, y una antesala a las elecciones parlamentarias de mayo de 2019, sin embargo, los intentos de fortalecer la Unión Europea tuvieron un giro inesperado que la dejaron, como dirían algunos expertos, reafirmando su “declive”.
Balance 2018
Es inevitable que en un país o en una comunidad de estados haya problemas o conflictos de diferente índole y con distintos intereses que no dependen únicamente de asuntos internos. En este caso, la Unión Europea se ha visto afectada por la guerra comercial iniciada por el presidente Donald Trump, especialmente por los altos precios y aranceles en las exportaciones del acero y aluminio. Las predicciones de este año indican que el crecimiento de la Unión Europea será de un 2,1%, mucho menor a lo que se había estimado.
En cuanto a los factores internos, varios estados miembro fueron protagonistas de acontecimientos que evidenciaron divisiones. Italia tuvo elecciones en marzo y se vio enfrentada a varias dificultades para formar gobierno, hecho que tomó casi cuatro meses en lograrse. Llegaron al poder partidos euroescépticos, como el Movimiento Cinco Estrellas y la Liga del Norte, desligados de los intereses del bloque. Recientemente, hubo tensiones para definir el presupuesto de Italia de 2019 y buscar reducir su déficit. Así, se marca una tendencia en Europa de auge de partidos y líderes euroescépticos que ponen en entredicho la unión del proyecto común y que dificultan el diálogo entre los estados miembro.
Alemania no se queda atrás. Desde finales de 2017 y a comienzos de 2018, Merkel tuvo conflictos para formar gobierno. La pérdida de influencia de la Canciller se hacía evidente tanto al interior de Alemania como en el bloque. En octubre, Merkel, presidenta del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), anunció su retiro al no buscar la reelección en 2021, dando lugar a Annegret Kramp-Karrenbauer como su sucesora al frente del partido. Esto supone un cambio de poder en la Unión Europea y “el fin de una era” según titularon diferentes medios internacionales.
Las marchas y protestas en Francia acapararon la atención de los medios. Macron, quien empezó su mandato aspirando a “la refundación de una Europa soberana, unida y democrática", se vio en dificultades para lograr ambiciosos planes para la Unión Europea en temas migratorios, de seguridad y presupuestarios. Pero situaciones internas como las constantes marchas y las fuertes protestas de los “chalecos amarillos”, le impidieron actuar a nivel regional de acuerdo a su propósito inicial.
En cuanto al “Brexit”, las negociaciones permitieron alcanzar un acuerdo que cumpliera con lo mínimo exigido por cada parte. Finalmente se logró un pacto que fue aprobado por los 27 estados miembro y que está a la espera de ser aceptado por el Parlamento británico.
Aunque esto puede indicar una debilidad para la unión del bloque, lo cierto es que “el Brexit ha mostrado que es posible una sincronización y un entendimiento muy profundo cuando de verdad hace falta”, dice Pablo Suanzes en El Mundo.
2019: Elecciones parlamentarias
La atención está centrada en las elecciones que se realizarán entre el 23 y 26 de mayo de 2019 en cada uno de los países pertenecientes a la Unión Europea y en las que los votantes podrán elegir los diputados que conformarán el Parlamento Europeo. Se escogerán 705 eurodiputados -antes eran 751 contando los del Reino Unido-. Cabe resaltar que como las elecciones son internas, estas dependen de la situación política de cada país. En este sentido, se estima que habrá un aumento de fuerzas populistas y nacionalistas dentro del Parlamento Europeo, que se dice, no suponen una amenaza para los más moderados, debido a sus diferentes intereses lo que dificulta la toma de decisiones.
La importancia de estas elecciones radica en las funciones que ejerce este órgano, como son: debatir y aprobar legislación europea, definir el presupuesto de la región con el Consejo y ejercer control democrático sobre las demás instituciones del bloque. En este sentido, la participación en las urnas es clave para definir la composición del nuevo Parlamento Europeo.
Existen diversas opiniones sobre si la Unión Europea está en declive o no. También es claro que en este momento el bloque no cuenta con un líder realmente estable y fuerte que permita materializar las iniciativas que necesita la UE para fortalecerse interna y externamente y poder influir a nivel regional.
(*)@nataliamarinop