La población de la Unión Europea (UE) alcanzó en 2018 los 513,5 millones de personas, 1,1 más que en la misma fecha del año precedente, según datos publicados este miércoles por Eurostat.
El crecimiento demográfico se debe a la llegada de migrantes a la UE, porque, a pesar del incremento de la población, el saldo vegetativo -la diferencia entre nacimientos y muertes- es negativo por segundo año consecutivo.
Durante el año 2018, fallecieron en el bloque 5,3 millones de personas y nacieron 5 millones, 118.000 nacimientos menos que el año anterior, según cifras hasta el 1 de enero de 2019 de la oficina europea de estadísticas.
Por países, las tasas de natalidad más elevadas corresponden a Irlanda (12,5 nacimientos por cada mil habitantes), Suecia (11,4), Francia (11,3) y Reino Unido (11), frente a Portugal (8,5), Grecia (8,1), España (7,9) e Italia (7,3), a la cola.
Con 83 millones de habitantes (el 16,2% de la UE), Alemania sigue siendo el Estado más poblado del bloque, seguido de Francia (67 millones), Reino Unido (66,6), Italia (60,4), España (46,9) y Polonia (38).
Malta, Luxemburgo, Irlanda, Chipre y Suecia son los países donde más crece la población, frente a Letonia, Bulgaria, Croacia y Rumanía, que lideran la lista de los que más habitantes pierden.