El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó este sábado con "romper la cabeza" a las fuerzas kurdas, mientras ambos bandos se acusaban mutuamente de haber violado la tregua en el noreste de Siria, alcanzada bajo patrocinio de Estados Unidos.
El acuerdo de tregua negociado por Washington y anunciado el jueves implica una retirada de las fuerzas kurdas de la región fronteriza a cambio de que se interrumpa la ofensiva que Turquía lanzó el 9 de octubre contra ellas, en ese sector del norte de Siria.
La ofensiva acabó con la vida de docenas de civiles, la mayoría kurdos, y obligó a cientos de miles a abandonar sus hogares en ese país, que lleva ocho años en guerra.
Erdogan advirtió que, si los kurdos no se retiran de la zona en cuestión, "proseguiremos [la operación militar] donde la dejamos y seguiremos rompiendo la cabeza de los terroristas" kurdos.
Por su parte, el comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) -lideradas por las milicias kurdas-, Mazlum Abdi, indicó a la AFP que Turquía estaba impidiendo que sus combatientes se retiraran, para poder acusar a los kurdos de incumplir el acuerdo de alto el fuego.
"Los turcos impiden la retirada del sector de Ras al Aín, impiden la salida de nuestras fuerzas, de civiles y de heridos", afirmó Abdi, quien recordó que el acuerdo negociado por Washington "contiene un punto esencial que estipula la apertura de un corredor bajo el patrocinio de Estados Unidos".
- Cruce de acusaciones -
Casi al mismo tiempo, la oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) afirmó que se produjeron disparos de artillería contra Ras al Aín y otras poblaciones vecinas por parte de las fuerzas turcas y los grupos sirios que las apoyan.
El acuerdo en cuestión prevé la retirada de las fuerzas kurdas de una zona de mayoría árabe, en la que se encuentra Ras al Aín.
Anteriormente, el Ministerio de Defensa turco había acusado a las FDS no haber respetado el alto el fuego.
"Pese a ello, los terroristas [como califica Ankara a las milicias kurdas] han llevado a cabo un total de 14 ataques en las últimas 36 horas", indicó.
Las fuerzas armadas turcas y los grupos sirios que intervienen con ellas se apoderaron de parte de esa ciudad el jueves.
El objetivo de la ofensiva lanzada por Turquía es establecer una zona de seguridad para crear un tapón entre su frontera y los territorios que están en manos de las fuerzas kurdas. Además, Erdogan quiere instalar en esta zona a parte de los 3,6 millones de refugiados sirios que viven actualmente en Turquía.
El viernes, la tregua ya pareció saltar por los aires cuando bombardeos aéreos de los turcos y disparos de artillería de los rebeldes proturcos causaron la muerte de 14 civiles en una localidad fronteriza del norte de Siria, según el OSDH.
Además, Abdi afirmó que Estados Unidos no estaba haciendo lo necesario para obligar a Ankara a cumplir el acuerdo, logrado tras unas conversaciones entre Erdogan y el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
"Si no se respeta el acuerdo, consideraremos que este solo era una maniobra de los estadounidenses y los turcos para decir que nuestras fuerzas no se retiraron y consideraremos que se trata de un complot contra nuestras fuerzas", sostuvo.
- Los kurdos aún quieren a EEUU en Siria -
Esta milicia kurda fue aliada de la coalición internacional en la lucha contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), y ahora se siente abandonada en especial por Estados Unidos, que anunció la retirada de sus militares de la zona.
La medida despertó una ola de críticas, incluso desde el partido Republicano del presidente Donald Trump, porque le abre la vía a Rusia para extender su influencia en Siria.
Con todo, Abdi anunció que sus fuerzas habían reanudado sus operaciones contra el EI junto a la coalición antiyihadista liderada por Washington, y señaló que la presencia de los estadounidenses en el país era, a su parecer, importante.
"Reanudamos las operaciones contra el EI en Deir Ezzor [en e norte de Siria]. Nuestras fuerzas están trabajando con las de la coalición", dijo a la AFP.
"Queremos que los estadounidenses tengan un papel en Siria, para que los rusos no monopolicen el terreno", agregó Abdi, cuyas fuerzas recurrieron a las tropas del régimen de Bashar al Asad, apoyado por Moscú, en busca de protección cuando los estadounidenses se retiraron.
"Nos interesa que las fuerzas estadounidenses se queden para mantener el equilibrio en Siria", declaró.