Los familiares y el abogado de la víctima insistieron en que se trató de un caso de abuso policial y de un crimen de odio 

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EN MEDIO de un ambiente cargado de tensión en todo Estados Unidos, en la tarde de ayer se llevó a cabo en la Universidad de North Central, en Minneapolis, la primera de las tres ceremonias programadas en el marco de las honras fúnebres del ciudadano afroamericano George Floyd, quien murió durante un arresto el pasado 25 de mayo víctima de un hecho que se ha catalogado como de brutalidad policial.

En el acto se hicieron presentes alrededor de 800 personas que se apostaron a los alrededores del centro educativo y unas 300 que ingresaron al recinto, entre los que se encontraban familiares, amigos, congresistas del partido Demócrata y personalidades del mundo del espectáculo, entre ellos los reverendos Jesse Jackson y Al Sharpton. Este último es un polémico político y defensor de los derechos civiles, quien afirmó que la indignación por la muerte de Floyd no debería ser utilizada políticamente por nadie. Aún así, en tono incendiario y de clara contienda electoral, aprovechó para lanzar duras críticas al presidente Donald Trump por el hecho de haberse tomado una fotografía sosteniendo una biblia en las inmediaciones de la Casa Blanca y por haber cuestionado las actuaciones y el lugar de nacimiento del expresidente Obama hace años.

Quedó claro, entonces, que los contradictores del Presidente-candidato aprovecharon el funeral para hacer manifestaciones políticas en pos de frenar la campaña reeleccionista del titular de la Casa Blanca que, a cinco meses de las elecciones, sigue adelante en las encuestas.

Volviendo a la ceremonia fúnebre, estuvo enmarcada por fotografías y pinturas de Floyd, quien yacía en un ataúd dorado decorado con flores, en el centro del auditorio, rodeado de cantantes y coros de música góspel.

En el momento que el coche fúnebre ingresaba al lugar de la ceremonia, Jacob Frey, alcalde la ciudad de Minneapolis, se arrodillo y, según declaraciones de los presentes, “se echó a llorar junto al ataúd”.

Entretanto, Benjamin Crump, abogado de la familia, fue el encargado de iniciar el servicio y dijo que Floyd no había muerto a causa del coronavirus, enfermedad que padecía y que le fue diagnosticada durante la autopsia, sino por “la pandemia del racismo y la discriminación” de la que sufre el país desde hace años.

Agregó que la lucha del caso Floyd será parte de una causa mayor, la de ayudar a los Estados Unidos a ser un país para todos los ciudadanos. Posteriormente los hermanos y demás familiares, realizaron una semblanza del fallecido y agradecieron las movilizaciones de apoyo.

El presidente de la Universidad de North Central, el también reverendo Scott Hagan, pronunció una oración y anunció que se “creará la Beca George Floyd para jóvenes afroamericanos” e instó a todas las universidades del país a crear fondos con el mismo nombre y propósito.

Máxima alerta  

La ceremonia de ayer se llevó a cabo tras dos días de relativa calma luego de las violentas protestas que se extendieron por todo el país en la última semana. Jornadas que han estado marcadas por robos, hechos de vandalismo, incendios provocados y más de una decena de muertes y miles de personas detenidas. Las asonadas se incentivaron después de la decisión de los fiscales que llevan el caso, en torno a presentar cargos contra los otros tres oficiales de Policía que se encontraban en el lugar de la detención de Floyd, en tanto se endurecieran las acusaciones contra Derek Chauvin, quien podría recibir una condena de hasta 40 años de cárcel.

Si bien se temía que tras la ceremonia se presentaran hechos de violencia en distintas ciudades del país, la situación fue de relativa calma y los plantones que se hicieron frente a la Casa Blanca también fueron pacíficos.

Pero la tensión política sí fue alta. Durante la jornada el alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio, fue abucheado por cientos de personas que estaban reunidas en una vigilia celebrada en Brooklyn para homenajear a Floyd. Al mandatario se le reprocha su tolerancia frente a tácticas policiales de “mano dura” contra los manifestantes que rompen el toque de queda impuesto hasta el lunes en la ciudad. Sin embargo, el Alcalde afirmó que “la Policía neoyorquina ha mostrado mucha moderación y que si los oficiales dicen que es tiempo de ir a casa, es tiempo de ir a casa".

En donde hubo una mayor polémica y reacciones más airadas fue las redes sociales, en las que personas de todo el mundo y de diversas posturas manifestaron, por un lado, su rechazo frente a las actuaciones de la Policía durante el arresto de Floyd y, de otro, su inconformismo por el manejo dado a las manifestaciones posteriores. Tampoco faltaron los que alegaron la persistencia de racismo en  Estados Unidos. Igual hubo múltiples reacciones de quienes consideraron que las protestas lejos de ser una manifestación democrática, se han convertido en asonadas delincuenciales y de vandalismo que son promovidas por agitadores profesionales y sólo buscan generar caos, saqueos e inestabilidad. Por lo mismo, respaldaron que fueran contenidas por las fuerzas del orden de manera urgente para salvaguardar la seguridad, la vida y los bienes del resto de la población.

Otras ceremonias en honor de Floyd se llevarán a cabo mañana en Carolina del Norte, el Estado en el que nació, y el lunes de la semana próxima en Houston, donde finalmente será sepultado, ya que en esa ciudad vivió gran parte de su vida, hasta hace cinco años, cuando decidió mudarse a la ciudad de Minneapolis en el estado de Minnesota.

Lo cierto es que este caso seguirá generando reacciones en las próximas semanas, ya que si bien produjo una ‘tregua’ en el debate alrededor de la pandemia y el manejo dado por el Gobierno, continuará como tema de campaña de cara a los comicios presidenciales de diciembre.