El jefe del Servicio Secreto de Estados Unidos (USSS), que custodia al presidente Donald Trump y a los jefes de estado visitantes, está próximo a renunciar, dijo el lunes la Casa Blanca, en lo que supone la última señal de turbulencia dentro del gobierno.
"El director del Servicio Secreto de Estados Unidos, Randolph 'Tex' Alles ... se irá pronto y el presidente Trump seleccionó a James M. Murray, miembro de carrera de la USSS, para que asuma el cargo de director a partir de mayo", dijo la portavoz de Trump, Sarah Sanders, en una declaración.
Alles "ha hecho un muy buen trabajo en los últimos dos años y el presidente le agradece por sus más de 40 años de servicio a nuestro país", agregó Sanders en una breve nota.
No se dio ninguna razón específica sobre la repentina partida del exgeneral de la Marina.
Se especuló en los medios de comunicación estadounidenses de que pudo haberla motivado un incidente en marzo en el club de golf de Trump y lugar de retiro para fin de semanas en Florida, donde una mujer no autorizada pasó la seguridad con pasaportes chinos y varios dispositivos electrónicos, incluido un una memoria en la que supuestamente almacenaba un software malicioso.
El domingo, Trump anunció a través de un mensaje en la red Twitter la salida de su secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien encabezó sus controvertidas políticas para tratar de impedir que los inmigrantes ilegales y los solicitantes de asilo ingresen a Estados Unidos.
El Servicio Secreto, integrado por unos 6.500 miembros de ambos sexos, está precisamente bajo la jurisdicción de esa secretaría.
Trump dijo que el Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Kevin McAleenan, será el secretario interino.
La tarea principal del Servicio Secreto es proporcionar seguridad para el presidente, el vicepresidente y sus familias, así como para expresidentes y los jefes de estado visitantes. También coordina la vigilancia de edificios como la Casa Blanca y embajadas extranjeras.
Una misión aparte para el Servicio Secreto se enfoca en combatir una variedad de delitos financieros como la moneda falsificada y el fraude electrónico.