Se perfila campaña presidencial en Italia, Meloni lidera encuestas | El Nuevo Siglo
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Lunes, 29 de Agosto de 2022
Redacción internacional con AFP

El pasado 25 de agosto comenzó formalmente la campaña electoral por la Presidencia de Italia. Hoy, a 26 días para que los italianos asistan a las urnas, con una ventaja en las encuestas de la candidata ultraconservadora del partido Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, algunos analistas internacionales temen que este país, la tercera economía del euro, sea liderado por una mujer que se ha visto envuelta en escándalos por comentarios xenófobos e incluso fascistas.

Y es que, como la mayoría de los países del continente europeo, esta contienda se produce en un momento crítico en el cual Italia debe luchar contra una inflación galopante y el aumento del costo de la energía debido a la guerra en Ucrania.

En las últimas encuestas, que se adelantaron la semana pasada, su partido obtuvo un nivel de aprobación de alrededor del 24%, mientras que sus aliados, con los que hizo coalición, la Liga de Matteo Salvini (12%) y Forza Italia, del ex primer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi (7%), suman otro 19% de popularidad.

Comicios anticipados, luego de que dimitiera en julio el ex primer ministro Mario Draghi, del otro lado se encuentran los candidatos de la centro-izquierda que, haciendo lo propio, también gestaron una alianza para llegar lo más consolidados posible a las urnas.

Se trata del socialdemócrata Partido Democrático de Enrico Letta, al que las encuestas le han dado el 23% de los votos; del Movimiento 5 Estrellas de Giuseppe Conte, con el 11% de los apoyos, y de la coalición de centro liderado por el exministro Carlo Calenda y el ex primer ministro Matteo Renzi, que en las últimas encuestas se ubicó por debajo del 5% de la intención de voto.

"Somos sólidos y compactos. Ganaremos las elecciones. Ahora inicia la batalla de verdad", aseguró Carlo Calenda, líder del partido de centro Azione, aliado a su vez de la pequeña formación europeísta llamada Más Europa de Emma Bonino, tras sellar el pacto electoral con el PD de Enrico Letta.

La izquierda moderada duró negociando varios días para consolidar un frente de centro-izquierda que impida la victoria de la derecha liderada por la candidata Meloni, a quien temen por su discurso, de acuerdo con ellos, “profascista” y que tiene un programa nacionalista.

Para analizar este panorama electoral, EL NUEVO SIGLO habló con el profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, quien se refirió a cómo el mapa electoral italiano, lo que está sugiriendo, es el posicionamiento de la extrema derecha en las elecciones nacionales, como ocurrió en el Reino Unido y en Francia, lo que podría tener implicaciones “inciertas” en el proyecto de integración que es la Unión Europea.

“La mayoría de las candidaturas son de centroderecha, de derecha y de extrema derecha, y lo que estamos viendo en cuanto al panorama de candidatos es que hay muy pocas conformaciones proeuropeístas, socialdemócratas o de centro (solo Matteo Salvini) y esto está poniendo en evidencia una hegemonía muy grande del centro derecha y de la extrema derecha en Italia”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el internacionalista Jaramillo.

Añadió que, por lo mismo, esta tendencia lo que está sugiriendo es que la extrema derecha pasará de tener una importancia ya no solo en las elecciones regionales y supranacionales “sino en la política nacional, como pasó recientemente en el Reino Unido y en Francia, en donde la extrema derecha ya lleva más de dos ocasiones en que ha llegado a segunda vuelta. Este es un fenómeno que se está acelerando en Europa con efectos sobre la UE aún inciertos”, añadió el internacionalista Jaramillo.

No obstante, a razón del régimen parlamentario italiano, concluyó el profesor, Giorgia Meloni tendrá que moderarse de ser elegida.

“Pensaría que, de ganar la Marine le Pen italiana, ella tendrá que gobernar con otros partidos y eso la va a obligar a la moderación, como le pasó a la izquierda griega en el 2015. Los regímenes parlamentarios obligan a gobernar con amplios consensos y creo que eso es lo que va a pasar en Italia”, concluyó en profesor Jaramillo.   



 

Lucha contra demonización

No obstante, la mala publicidad que se ha entretejido alrededor de la imagen de Meloni, quien podría convertirse en la primera mujer que llega a ser jefa de gobierno en Italia, fue atribuida por ella a una demonización de la izquierda para evitar su avance hacia el Palazzo Chigi, la residencia gubernamental.

Ella, una romana de 45 años, no llegó a obtener el 2% de los votos en las legislativas de 2013, lo que significa que en 10 años logró recuperar el descontento y las esperanzas frustradas de los italianos contra los "dictados" de la Unión Europea, contra el alto costo de la vida y el futuro bloqueado de los jóvenes.

Así, bajo su lema: "Dios, patria, familia", las prioridades en su programa de gobierno son las de cerrar las fronteras para proteger a Italia de la "islamización" y renegociar los tratados europeos para que Roma recupere el control de su propio destino. A este respecto vale recordar que el 6 de octubre de 2016 denunció en Facebook una "sustitución étnica" en la bota italiana.

Otra de sus prioridades es la de luchar contra los grupos de presión gay y contra el "invierno demográfico" en uno de los países con más ancianos del mundo.

Para muchos italianos ella representa a la ciudadanía cansada del sistema, pero para otros ella representa un verdadero peligro tanto para Italia como para la Unión Europea. ¿Pero por qué?

 

“Una relación serena con el fascismo”

Pues bien, la líder del partido heredero del Movimiento Social Italiano (MSI), una formación neofascista fundada después de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que aclarar la semana pasada su controvertida relación con el fascismo.

"La derecha italiana ha relegado el fascismo a la historia de hace décadas, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudías", dijo Meloni en un video enviado en varias lenguas a medios de comunicación extranjeros acreditados en Italia.

Sin embargo, el emblema de Fratelli d'Italia lleva la llama tricolor verde-blanco-roja, un símbolo inventado en 1946 por el grupo de veteranos fascistas que fundaron el MSI.

"Tengo una relación serena con el fascismo", explicó hace unos meses Meloni, tras afirmar que Benito Mussolini "hizo mucho", aunque cometió "errores", entre los que enumera las leyes raciales, la entrada en la guerra como aliado de la Alemania nazi y su estilo de gobierno autoritario.

De esta manera y para ampliar su electorado y tranquilizar a los sectores más moderados, la líder romana se está presentando como garante de la "emancipación ideológica" de los italianos frente a "los principios y símbolos fascistas".

No obstante, para el diario de centro-izquierda La Repubblica, "los hechos contradicen su relato, ya que tanto la base de su partido como algunos de sus dirigentes siguen muy apegados a sus raíces. No hay lugar para los nostálgicos del fascismo, del racismo y del antisemitismo", proclamó este medio en otra ocasión.     

 

Lista para gobernar

Con un perfil para muchos problemático, la candidata que está liderando las encuestas en Italia indicó también la semana pasada que está lista para gobernar. Así lo hizo ante una multitud congregada en la ciudad de Ancona.

Meloni logró encarnar el descontento y las esperanzas frustradas de muchos italianos y podría dejar de ser una eterna opositora para gobernar a la tercera economía de la zona euro. "Estamos listos. Lo hemos demostrado aquí en las Marcas. Porque la izquierda no ha dado respuestas en decenios, decenios", clamó la líder derechista, aplaudida y ovacionada.