Se intensifican protestas en Irak y dejan 60 muertos | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Viernes, 4 de Octubre de 2019
Agence France Presse

Más de 60 personas murieron y más de 1.600 resultaron heridas desde el martes en una ola de protestas en Irak, informó el viernes por la noche la comisión gubernamental de derechos humanos iraquí.

La comisión no ha precisado en qué regiones se registraron las víctimas mortales pero en uno de los hospitales de Bagdad se contabilizaron 18 muertos.

Pese al bloqueo de internet, los iraquíes volvieron el viernes a echarse a la calle, especialmente en Bagdad, en la plaza Tahrir. Se produjeron nuevos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que efectuaron disparos, según periodistas de la AFP, que vieron a varias personas heridas de bala, sobre todo en el vientre y la cabeza.

En un barrio residencial cercano a la plaza Tahrir, la mayoría de los comercios y de las gasolineras estaban cerrados. Los clientes se abalanzaban sobre los pocos abiertos, cuyos precios se triplicaron debido al cierre de las carreteras que van a Bagdad.

Las protestas, que comenzaron el martes, se intensificaron desde que el jueves por la noche el jefe del Gobierno pidió tiempo para que mejoren las condiciones de vida de los 40 millones de habitantes del país, que no hace ni dos años que dejó atrás casi cuatro décadas de guerra y escasez crónica de electricidad y agua potable. 

Los manifestantes están hartos de unos servicios públicos insuficientes, del paro, que afecta a uno de cada cuatro jóvenes y, sobre todo, de la corrupción, que en los últimos 16 años consumió una cantidad equivalente a cuatro veces el presupuesto del Estado. 

"El gobierno debe cambiar su manera de afrontar los problemas del país", criticó el ayatolá Ali Sistani, máxima autoridad de los chiitas iraquíes, en un sermón leído por uno de sus asistentes en la mezquita de Kerbala, al sur de Bagdad.

 

"Ataques inaceptables"

El Ejecutivo "debe mejorar los servicios públicos, suministrar empleos a los que no los tienen, evitar el clientelismo en el sector público y terminar con la corrupción", agregó.

El ayatolá también denunció los "ataques inaceptables [...] contra manifestantes pacíficos y también contra policías".

Desde el martes, 37 personas -33 manifestantes y cuatro policías- fueron abatidas y cientos resultaron heridas, según fuentes oficiales. En la capital y en varias ciudades del sur se decretó un toque de queda. 

El ayatolá Sistani, que consideró que las reformas eran "obligatorias", criticó al primer ministro y al presidente pero, sobre todo, responsabilizó a los diputados del mal funcionamiento del Estado.

"Aunque las protestas cedan por un tiempo, reaparecerán y serán aún más fuertes y más multitudinarias", advirtió.

Samer, un manifestante de 29 años, está decepcionado con el discurso de Sistani. "Esperaba más. (...) Con una palabra hubiera podido tumbar el gobierno". 

En 2014, con la fetua, el ayatolá movilizó a decenas de miles de combatientes contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI). 

 

Promesa y "paciencia"

Internet está cortado desde el miércoles por la noche y un cordón de policías y militares custodia un radio de entre dos y tres kilómetros en torno a la plaza Tahrir. 

"Continuamos: o morimos o cambiamos el régimen", declaró a la AFP Sayed, un manifestante de 32 años, en Bagdad, antes del discurso del ayatolá, durante una protesta en el centro de la capital.

"Hace más de 15 años que escuchamos las mismas promesas, no hacen que la situación avance (...) y no harán que dejemos la calle", recalcó. 

 

"Saboteadores"

Las autoridades denunciaron la presencia de "saboteadores" entre los manifestantes, pero Amnistía Internacional instó a Bagdad a "ordenarle inmediatamente a las fuerzas de seguridad que dejen de utilizar una fuerza particularmente letal, excesiva" y a restablecer la conexión a internet. 

Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, exigió una investigación "rápida" y "transparente" sobre los muertos en las manifestaciones.

El movimiento de protesta, que nació en Bagdad, alcanzó las provincias de Nayaf, Misan, Zi Qar, Wassit, Diwaniya, Babilonia y Basora, mientras que en el Kurdistán, autónomo, y en las regiones al norte y al oeste de Bagdad, principalmente sunitas y devastadas tras años de guerra contra el EI, reina la calma.