El miércoles pasado, el presidente estadounidense Donald Trump sostuvo que, al igual que en las elecciones de 2016, los encuestadores subestimaron el entusiasmo de sus simpatizantes republicanos.
"¡Los encuestadores lo hicieron completa e históricamente mal!", tuiteó Trump después de declarar la victoria antes de que se contaran todos los votos.
“Las encuestas fueron diseñadas para que nuestros votantes se queden en las casas, creando la ilusión de una ola a favor del señor Biden y desincentivando a los donantes republicanos. Son una interferencia electoral en el sentido más literal”, acusó Trump días atrás.
El director del instituto de encuestas de la Universidad de Monmouth, Patrick Murray, dijo a la prensa norteamericana que “no se trata sólo de un par de estudios que se equivocaron. Esto fue masivo”.
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En este contexto, Carlos Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría, le dijo a EL NUEVO SIGLO que los resultados en las urnas no se pueden leer como un ‘descache’: “Quiero traer el caso de la Florida. Las encuestas daban un triunfo a Baiden por un punto y resultó ganando Trump por tres puntos. En realidad una encuesta nunca dice quién gana, sino los rangos de cómo están las votaciones, un tres por ciento de error”.
Efectivamente, en Florida, un estado especialmente difícil para los encuestadores, el candidato demócrata Joe Biden había sido levemente favorito hasta los últimos días previos a las elecciones.
Sin embargo, Chris Jackson, de la firma de encuestas y estudios de mercado Ipsos, señaló a AFP que las encuestas del duelo Trump-Biden "parecen haber acertado en todo el sur y el suroeste", reconociendo que "Trump parece haber vuelto a tener un rendimiento superior al de las encuestas preelectorales en el medio oeste" del país.
No importa cómo quieran adornarlo, aunque los encuestadores digan que acertaron dando ganador a Biden, pareciera que Trump tiene razón: muchas encuestas subestimaron el voto a su favor.
Pero para Leomine, esto lo que deja como enseñanza es que los que interpretan las encuestas tienen que ser conscientes de lo que realmente afirma la encuesta, entre qué margen de intensión voto están los candidatos.
No son datos precisos
En 2016, las encuestas pronosticaron con precisión el liderazgo de Hillary Clinton en la votación nacional, pero no en los estados de batalla clave del centro-oeste.
"Esta vez, parece que las encuestas nacionales subestimaron la participación de Trump y que esto también ocurrió en la mayoría de los estados", opinó Christopher Wlezien, analista de la Universidad de Texas, en Austin.
"Dados los patrones, parece que las encuestas omitieron algo bastante sistemático, no solo al azar", dijo Wlezien.
"No estoy seguro de que el margen de error asociado con el muestreo sea tan útil en este caso, pero aún está por verse lo que se perdieron específicamente", anotó.
Lemoine expresó que en Florida los resultados son conformes con lo que dijo la encuesta: que entre los dos no habría una distancia mayor. En este caso la diferencia fue de cuatro puntos: “La encuesta no da preciso. Dicen que están cerquita y que puede estar en unos tres puntos para arriba, tres puntos para abajo, nunca es la precisión”.
“El resultado de la encuesta siempre da un margen de error, un intervalo en las cuales se mueve las dos cifras”, dijo, recordando que en todos los estados en disputa hubo un proceso de acercamiento de Trump hacia Baiden y apuntó que eso era lo que reflejaban las encuestas.
Encuestas no son pronósticos
Por su parte Martín Orozco, gerente de Invamer-Gallup, le manifestó a este Diario que no se puede hablar ‘descaches’, porque “estamos partiendo de algo que siempre se ha aclarado que no ocurre y es que una encuesta pronostique. Para eso no es una encuesta”.
Orozco añadió que una encuesta es para saber qué está pasando en un momento determinado en que se hace una medición y ese momento normalmente es antes de las elecciones.
“Si las encuestas pronosticaran no habría elecciones. Las encuestas sirven para que en determinado momento se tomen determinaciones, pero no sirven para mirar el futuro”, afirmó, indicando que cuando es una encuesta con método científico, no es un ‘descache’, porque lo que midió fue hoy y la elección fue al día siguiente.
Además, puso de presente que en Estados Unidos en realidad hay 52 elecciones diferentes y se tienen que hacer 52 encuestas que deben coincidir.
Sesgo políticamente correcto
César Valderrama, director general de Datexco, resaltó en diálogo con este Medio que cuando se mide un fenómeno de opinión pública no existen respuestas correctas y todas son válidas.
“En los casos electorales, como de votaciones, como los que vemos en los Estados Unidos, el del plebiscito en Colombia, el del Brexit en Europa, todos estos casos se ha visto que por medio de redes sociales y medios de comunicación se ha construido un imaginario de una respuesta políticamente correcta”, posición que, por supuesto, no es compartida por toda la población; eso implica, anotó, que “cuando la encuestadora mide la opinión se encuentra con un sesgo de aprobación, que es un sesgo que suena políticamente correcto”, pero esa respuesta es diferente a la verdadera intención del encuestado, resaltando que es casi imposible poder llegar a medir el nivel de sesgo que tiene una encuesta cuando hay encuestas políticamente correctas.
“El ejemplo perfecto son las elecciones pasadas en Colombia. No había una respuesta políticamente correcta. Las personas decían votar por el candidato que quisieran, lo que llevo que los resultados comparecieran casi de forma ideal con las elecciones”, expuso.
César Caballero, gerente general de Cifras y Conceptos, opinó que podría ser un ‘descache’ el caso de Florida, donde la ventaja de Trump sobre Baiden es bastante mayo; pero, destacó, “donde sí hay un gran problema es lo que es la Cámara de Representantes, porque todas estaban diciendo que los demócratas iban a mantener la mayoría o ampliarla y lo que ha sucedido es que están perdiendo seis sillas y además estaban diciendo que en el tema del Senado tendrían la mayoría y parece ser que no lo van a lograr”.
Volatilidad del voto
Sobre las fallas de las encuestas, el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, le señaló a Europa Press que pueden deberse a la volatilidad del voto y las posiciones cambiantes de los ciudadanos. Por eso, coincidió con Lemoine en que se deben "relativizar" los resultados.
Tezanos admitió que hay errores en los estudios de opinión electoral, aconsejando que "relativicen mucho las encuestas".
Hablando del caso español, Tezanos reconoció que en la encuesta del CIS para las ultimas elecciones generales "es evidente que hubo un fallo", no tanto en las tendencias de los distintos partidos, sino en "la magnitud de las cifras" y el desfase de los escaños que pronosticaba. A su juicio, se debió a la volatilidad del electorado y los movimientos de última hora que provocaron hechos como la exhumación de Franco, que movilizó uno o dos puntos, o el conflicto de Cataluña, cuya incidencia fue aún mayor.