Una vez concluida la convención del partido demócrata que nominó oficialmente al candidato Joe Biden a la Presidencia de los Estados Unidos, todas las miradas se entran en el presidente Doland Trump quien aceptará la candidatura oficial de su partido, durante la convención republicana de la próxima semana.
Igualmente atraen especial atención los sondeos electorales, en los que el presidente Trump recorta la diferencia con su rival demócrata. Aunque es de esperar que tras la convención el candidato Biden aumente su diferencia, ésta se reducirá, sin duda, con el repunte que tendrá el mandatario, al finalizar la convención republicana y que dejará a los aspirantes a la Casa Blanca muy cerca en cuanto a la intención de voto.
Esta, cada vez más evidente paridad, debe preocupar mucho al Partido Demócrata, que no tuvo el impulso electoral que esperaba con la nominación de Kamala Harris, al parecer no conseguirá un significativo apoyo tras el final de la inusual convención virtual que pareció más un programa de televisión que un evento electoral y finalmente ha sido duramente criticado, incluso por figuras del propio partido, por no presentar propuestas concretas y centrar su campaña en lanzar ataques contra el presidente Trump y copiar sus exitosas medidas económicas.
Una revisión de las últimas encuestas muestran una diferencia de menos de diez puntos porcentuales a favor de Biden, sin embargo estas mediciones se centran en el voto nacional y desconocen que el mandatario estadounidense es elegido por el sistema de colegios electorales y por ello no siempre dan cuenta de la realidad política nacional y sus resultados puedes ser dudosos. De hecho un análisis por Estados los deja en igualdad de condiciones frente a la repartición de sufragios electorales.
El sistema
Como ya ha informado EL NUEVO SIGLO el presidente y el vicepresidente de los Estados Unidos son elegidos mediante un sistema de voto indirecto en el cual los ciudadanos de cada Estado votan libremente por el candidato de su preferencia.
Sin embargo es el colegio electoral de cada Estado el que emite los sufragios que finalmente darán un ganador. El candidato que tenga más votos en un Estado, recibe todos los sufragios de colegio electoral del mismo y finalmente será elegido presidente, quien acumule el mayor número de votos del colegio y no aquel que tenga el mayor número de votos nacionales.
De esta forma el Colegio electoral de los Estados Unidos está compuesto por 538 electores y para ser presidente se requiere la mitad más uno de los mismos, es decir 270.
Cada Estado, de acuerdo a su población, tiene un número de electores en ese Colegio electoral y en general el candidato que gane el voto popular de cada Estado, gana la totalidad de los votos de los electores del Colegio de dicho Estado. Una vez se conoce qué candidato ha obtenido el mayor número de votos populares de cada estado, se conoce también con los electores de qué estados cuanta cada aspirante y como se dijo quien consiga al menos 270 es elegido como presidente.
En general las encuestas que dan como ganador a Biden, en las que aventaja a Trump por menos del 10%, cuentan únicamente los votos populares nacionales y como se recordará ya ha sucedido, que aunque un candidato pueda tener más votos populares a nivel nacional, no es elegido presidente, si los de su rival, aunque sean menos, le alcanzan para conseguir la victoria en Estados con un gran número de electores en los Colegios y de esa manera sale victorioso.
Este particular sistema es criticado por algunos pues aseguran que lleva a que los candidatos hagan campaña principalmente en Estados muy poblados y que un aspirante pueda llegar a ser presidente ganando en tan sólo 11 Estados, poco más del 20% de la totalidad de los que componen la nación.
Las cuentas
Un análisis, no de las encuestas del voto nacional, sino por estados, refleja que el presidente Trump lleva la delantera en al menos 18 estados con lo que, de seguir así la tendencia, tiene garantizados 171 votos del colegio electoral. Entre estos estados afines al mandatario y que difícilmente varíen en su votación cabe mencionar a Texas, con 38 sufragios de colegio electoral, Ohaio con 18, así como Tennessee e Indiana con 11 sufragios cada uno.
Por otro parte en estados como la importantísima Florida, que otorga 29 votos de colegio, Carolina del Norte con 15, Georgia con 16, Arizona que aporta 11, Minnesota con 10 y Nevada con 6, la diferencia entre los candidatos es de menos de 5 puntos y en caso de ser capitalizados por el presidente Trump podría sumar 99 votos más con lo que llegaría a 270 número necesario para ser reelegido.
Finalmente hay otros estados en los que la diferencia entre los dos candidatos es reducida y en los que después de la convención republicana y de Trump pueda hacer gala de sus habilidades de oratoria, podría sacar alguna ventaja como son Wisconsin (10 sufragios de colegio), Pensilvania (20) y Míchigan (16).
Así las cosas y considerando que el sistema de elección indirecta genera un desfase entre los llamados votos electoral y el popular, en donde el primero es depositado, como se dijo, por los miembros del Colegio electoral, del que dependerá realmente la elección del presidente y el segundo, en cambio, es el emitido por la ciudadanía, los demócratas saben que no pueden cantar victoria.
Como se recordará la elección del voto popular no tiene por qué coincidir con el candidato vencedor, situación que ya ocurrió en las pasadas presidencia de 2016, en donde Donald Trump derrotó a Hillary Clinton, a pesar de recibir menor respaldo nacional, obtuvo un mayor número de votos electorales. Queda claro que Biden no tiene el camino fácil, como algunos quieren presentar y habrá que esperar a la convención republicana para ver la estrategia del mandatario.