SI hace una semana los dardos de los precandidatos demócratas se enfilaron contra el exalcalde de Nueva York, Paul Bloomberg, en el debate de este martes en la noche la ofensiva fue contra el veterano senador de Vermont, Bernie Sanders -quien lidera la carrera demócrata tras cumplirse tres rondas de las primarias- con ataques centrados en su capacidad para congregar votantes y vencer a Donald Trump.
El debate celebrado en Charleston a cuatro días de las primarias en Carolina del Sur fue una oportunidad para el exvicepresidente Joe Biden de darle un impulso a su campaña, después de resultados decepcionantes en las tres primeras votaciones.
Los rivales de Sanders criticaron sus posturas de izquierda y sus planes, principalmente la reforma para dar una cobertura universal de salud, como demasiado radicales para congregar al electorado estadounidense.
Sanders - que ganó en las primarias en New Hampshire y en Nevada - desestimó las críticas de ser demasiado "radical" y dijo que tiene a su favor el ser capaz de inspirar la participación.
"La forma de derrotar a Trump - que es lo que quiere todo el mundo - es que necesitamos una campaña con energía y emoción, y necesitamos volver a traer a la clase trabajadora al Partido Demócrata", se defendió.
Carolina del Sur es la última votación antes del "Súper Martes", una jornada en la que votan simultáneamente 14 estados y los candidatos se disputan un tercio de los votos necesarios para la nominación.
Biden, que en Carolina del Sur deberá probar que sigue siendo un candidato viable, advirtió que Sanders era blando en materia de control a la tenencia de armas, y el exalcalde Michael Bloomberg dijo que Rusia lo intenta ayudar para beneficiar a Trump.
"Vladimir Putin piensa que Donald Trump debería ser presidente de Estados Unidos y por eso es que Rusia lo está ayudando a ser elegido, para que pierda con él", dijo Bloomberg.
La senadora Elizabeth Warren y el exalcalde de South Bend, Pete Buttigieg, dos candidatos que necesitan un impulso si quieren seguir en la contienda, atacaron el programa de Sanders por sus costos.
Buttigieg, un veterano del ejército de 38 años, advirtió que el "caos" que generaría la postulación de Sanders, va a dividir a los estadounidenses.
Warren dijo que comparte la agenda progresista de Sanders pero remarcó que tienen profundas diferencias.
"Yo me empapé en los detalles", dijo la senadora.
En su defensa, Sanders citó un estudio de la Universidad de Yale que explicó que un plan de seguro universal de salud salvaría 68.000 vidas cada año y supondría un ahorro de 450.000 millones de dólares.
Durante el debate Sanders respondió a la polémica generada por sus declaraciones cuando fue consultado en el programa de TV "60 Minutos" sobre comentarios que hizo hace tres décadas sobre países como Cuba, en particular destacando que Fidel Castro había realizado una campaña de alfabetización.
"Yo me he opuesto al autoritarismo en todo el mundo", dijo Sanders en el debate.
"Claro que hay una dictadura en Cuba", afirmó, recalcando que sus comentarios no son tan diferentes a declaraciones hechas por el expresidente Barack Obama, que inició un acercamiento con La Habana en 2014.
El exvicepresidente Joe Biden dijo que el contexto en que se expresó Obama había sido diferente, ya que estaba en el extranjero y dijo que el exmandatario nunca aceptó a "regímenes autoritarios".
Tras decepcionantes resultados en Iowa y New Hampshire, Biden, de 77 años, levantó cabeza en Nevada, donde sumó 20%, por detrás del 46,8% que consiguió Sanders.
El exvicepresidente necesita un resultado contundente en Carolina del Sur, en un momento en que volvió a caer en los tropiezos verbales que sus rivales le reprochan. Su ventaja de casi 15 puntos en las encuestas de Carolina del Sur se esfumó en pocas semanas y Sanders ya le pisa los talones.