El vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner, ha presentado este martes su dimisión del cargo, con un discurso en el que ha abogado por construir un nuevo "camino" para las elecciones de 2021 pero sin aclarar sus posibles aspiraciones políticas, después de que en las últimas semanas se haya especulado con una posible candidatura.
Sonnenholzner, de 37 años, asumió el cargo en diciembre de 2018 en sustitución de María Alejandra Vicuña, salpicada en un escándalo de corrupción. Se convertía así en el tercer 'número dos' de Lenín Moreno, que llegó a la Presidencia de la mano del 'correísta' Jorge Glas, condenado por corrupción.
Sonnenholzner ha explicado que llegó "sin buscarlo" a una institucion "desprestigiada por escándalos de corrupción" y donde ha defendido la "austeridad" y el "trabajo" como principales ejes de acción. De esta forma, ha explicado, ha tratado de convencer a la ciudadanía: "No tuvo la oportunidad de votar por mí".
"No me siento y nunca me he sentido un político, pero el mundo ha cambiado", ha asegurado, antes de añadir que Ecuador necesita "nuevas soluciones" para terminar de pasar página al "modelo fracasado", como ha descrito la etapa en el poder del expresidente Rafael Correa.
Sonnenholzner entiende que, ahora, "lo responsable es salir", si bien no ha dicho cuáles son sus intenciones de cara a unas elecciones que, según sus propias palabras, serán "las más relevantes de la historia" de Ecuador. Espera la "construcción de un camino" que pase por la concentración en "objetivos comunes" y por frenar a quienes "insisten en volver".