El comandante general de la Policía de Bolivia, Yuri Calderón, renunció este lunes a su cargo ante la demanda de los policías amotinados en varias ciudades del país, sumidas en una ola de violencia y vandalismo que se agravó el pasado domingo con la salida de Evo Morales de la Presidencia.
La renuncia de Calderón ocurrió un día después de que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas, Williams Kaliman, le pidiera a Morales que dejara el poder con el fin de frenar “la escalada de conflicto que atraviesa el país" y "velando por la vida y la seguridad de la población".
Este lunes el director Nacional de Bomberos de ese país, Jose Pereira, dijo que "(Calderón) renunció ante el Estado Mayor General (...) lo primero que nos toca hacer es organizar grupos en todas las ciudades, vamos a proceder a detenciones a agarrar a todas las cabezas que están causando zozobra".
Por otra parte, la Fiscalía de Bolivia anunció que solicitará la detención preventiva para tres vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y cuatro del Tribunal Electoral Departamental (TED) de La Paz.
"Se dispondrá lo que en ley corresponde, la imputación formal, donde el Ministerio Público solicitará la detención preventiva en los centros penitenciarios de La Paz", dijo el fiscal Ronald Chávez.
El informe preliminar que presentó la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la auditoría de los comicios del 20 de octubre estableció una serie de irregularidades en ese proceso, por lo que se inició la indagación a las autoridades del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Entre tanto, el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Williams Cordero, informó este lunes que se han arrestado a más de 100 personas en los días de conflicto que se suscitaron en el país desde el 21 de octubre, un día después de las elecciones generales.
Por su parte, según la información publicada por la Defensoría del Pueblo boliviana, en el contexto postelectoral se han contado tres personas muertas, 421 heridos y 222 detenidos.