Reemplazar a Merkel, el difícil reto alemán | El Nuevo Siglo
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Domingo, 29 de Agosto de 2021
Redacción internacional con AFP

LAS elecciones del 26 de septiembre marcarán, sin duda, un punto de inflexión en Alemania no sólo por el retiro de Angela Merkel del poder y la actividad política, sino porque ninguna de las tres formaciones más fuertes según las encuestas logrará superar el 30% de los votos, lo que fuerza a negociar un gobierno de coalición.

La líder conservadora Merkel, tras 16 años al frente del mando alemán, se retirará de la vida pública con una altísima popularidad y, sin duda, dejará un gran vacío tanto en su país como en el mundo, ya que se consolidó como una respetable vocera europea, de gran influencia global.

Famosa por su estabilidad y previsibilidad el futuro político hoy de Alemania es más incierto que nunca, ya que ninguno de los dos candidatos con alta intención de voto, a saber, el conservador, Armin Laschet y el socialdemócrata Olaf Scholz lograrían concitar un respaldo electoral superior al 30%, lo que de antemano perfila un gobierno de coalición.

En tercer lugar, por lo pronto, se encasilla la carta de los Verdes, Annalena Baerbock, quien figurara de primera en las encuestas hace meses y lleva tres semanas consecutivas cediendo terreno, al contrario que el socialdemócrata que ha subido. Este último se encuentra, dado el margen de error, en un empate técnico con del partido cristiano-demócrata CDU (conservador).

Independientemente del resultado, la primera economía europea se prepara para varios meses de complejas negociaciones para formar un nuevo gobierno de coalición, con varios escenarios abiertos ante la ausencia de un claro favorito.

Las diferentes encuestas sobre intención de voto evidencian que ninguno de los candidatos a la sucesión de la canciller, parece convencer a los 62 millones de alemanes llamados a las urnas.

Ante esta situación, la canciller Merkel decidió hace una semana romper su silencio y hacer un firme respaldo al candidato de su partido Armin Laschet, no solo exaltando las capacidades que tiene para sucederla, sino su capacidad de “construir puentes entre la gente”.

"Siempre ha sido importante para él colocar la dignidad individual e inalienable en el centro de todo…Estoy profundamente convencida de que es precisamente con esta actitud que servirá a los alemanes como canciller", sostuvo Merkel en un acto público en Berlín.

Y fue más allá al señalar que los responsables "que ponen fin a su trabajo político deben abstenerse" de inmiscuirse en campaña. "Es mi actitud y mi profunda convicción”, sostuvo.

Los conservadores del CDU y sus hermanos bávaros de la CSU, tienen una intención de voto, según las más recientes encuestas del 23%, cediendo unos seis puntos frente a los porcentajes de hace un mes, mientras que los socialdemócratas liderados por el ministro de Finanzas Scholz se han mantenido en constante ascenso y ahora los igualan. Es la primera vez desde abril de 2017 que ambas formaciones obtienen el mismo apoyo en las consultas a la población.


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En cambio, el fenómeno del partido ecologista de Los Verdes continúa desinflándose y ahora obtienen un 17% de la intención de voto cuando en abril, tras anunciarse su candidata Annalena Baerbock, llegaron a superar a los conservadores. Le sigue en las encuestas el Partido Liberal Democrático (FPD), con 12%, Alternativa para Alemania (AfD, extrema derecha) con 10% y la izquierda Die Linke, con 6%.

Si en Alemania los electores votaran directamente al canciller, Scholz, que encarna la tendencia centrista del SPD, se situaría en cabeza con 41% de votos, por delante de Laschet (16%) y Baerbock (12%), según un sondeo esta semana para la televisión pública ARD. Pero son los diputados del Bundestag quienes se encargan de designar al jefe del gobierno tras las elecciones, al término de unas negociaciones que se anuncian complejas.

Y ello se debe a que Scholz es un personaje de proyección nacional por su cargo de ministro mientras que Laschet, elegido en enero al frente de la CDU y posteriormente candidato conservador en cerrado duelo con el bávaro Markus Söder, tiene menos ‘vitrina’, ya que regenta el poder regional de Renania del Norte-Westfalia.

Consciente de que le restan cuatro semanas para concitar apoyos y que el escenario puede cambiar, Laschet se ha mostrado convencido de que CDU/CSU obtendrá una mayoría al final del recuento de los votos que le permitirá ocupar la Cancillería alemana hasta el próximo 2025.

Además, el candidato ha resaltado la importancia de asegurar que no se pueda dar una alianza contra la CDU después de las elecciones. "Estamos luchando por acercarnos lo más posible al 30 por ciento", sostuvo el candidato conservador quien ha intensificado su campaña proselitista en esta recta final.

También consciente del llamado de atención que representan las encuestas, Laschet ha endurecido su mensaje señalando que quiere "luchar con todo para que este país no sea dirigido por ideólogos" y que su partido conservador desea “gobernar no porque tenga ganas de gobernar sino porque debemos gobernar para que Alemania siga por el buen camino".

El dirigente bávaro Söder ha prometido pleno respaldo al candidato de la alianza porque dijo “los conservadores nos enfrentamos a la elección más difícil desde 1998, cuando el socialdemócrata Gerhard Schröder derrotó a Helmut Kohl”.


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Los escenarios

En el lado socialdemócrata que, como reseñamos igualaron en intención de voto a los conservadores, su candidato Scholz a pesar de ser poco carismático y pobre orador ha logrado construir una imagen de competencia y aspira a una remontada en las urnas.

Este partido omnipresente en la política alemana después de la guerra ha estado durante la última década presente en el gobierno alemán en coalición con los conservadores y en esta ocasión la excepción a la regla sería que fueran ellos los que propusieran la alianza política y programática a dicha formación.

Scholz es actual ministro de Finanzas y vicecanciller en el gobierno de Merkel. Se ha posicionado en el escenario nacional y mejorado su imagen gracias a que provechó la pandemia para romper con la ortodoxia fiscal alemana y desbloquear cientos de miles de millones de euros para sostener la economía.

Y, según el semanario Der Spiegel, podría conseguir un "plan simple": ser elegido como jefe de gobierno por ser el que "más se parece a la canciller".

Si los socialdemócratas son los que obtienen la mayor votación en las urnas quedan con la opción de formar varias coaliciones: con los conservadores que sería la más probable dada la alianza de vieja data con buenos resultados de gobierno, incluyendo a los liberales; con los Verdes y con los ecologistas y los liberales.

Es por ello que se vaticina unas negociaciones muy complejas en el escenario de un triunfo de Scholz para un nuevo gobierno en Alemania, máxime porque la canciller Merkel deja el listón muy alto no solo por su gestión interna, sino a nivel mundial. En estos 16 años de mandato ella consiguió que la política europea girara en torno al eje franco-alemán, ejecutó un acertado programa de acogida de migrantes cimentado en la corresponsabilidad de sus socios en el Viejo Continente y fue protagonista de peso en la geopolítica global.

Con la campaña entrando en la recta final los alemanes comenzarán a decantarse por alguna de las opciones partidarias, una elección difícil ya que la gran mayoría en los últimos tiempos tenía claro que la mejor opción para el país era mantener a Ángela Merkel al frente. Pero sin esta líder conservadora el escenario es muy, muy diferente. /