¿Reconciliación Casa Blanca-Acuerdo de París? | El Nuevo Siglo
EL REGRESO de Estados Unidos al Acuerdo de París y sus esfuerzos para reducir los gases de efecto invernadero, tendrá como aliado al inquilino de la Casa Blanca.
/AFP
Domingo, 8 de Noviembre de 2020
Redacción internacional

La firma del Acuerdo de París el 12 diciembre de 2015, en la COP21 que se desarrolló en la capital de Francia, significó la esperanza del mundo para combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono.

Como todos los países, cuyos representantes estamparon su firma, Estados Unidos asumió la causa común de emprender esfuerzos ambiciosos para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con un mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a hacerlo.



El Acuerdo de París exige a todas las partes que hagan todo lo que esté en su mano por medio de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC por sus siglas en inglés) y que redoblen sus esfuerzos en los próximos años. Esto incluye la obligación de que todas las partes informen periódicamente sobre sus emisiones y sobre sus esfuerzos de aplicación. También habrá un inventario mundial cada cinco años para evaluar el progreso colectivo hacia el logro del propósito del acuerdo, y para informar sobre nuevas medidas individuales de los participantes.

El anterior gobierno del demócrata Barack Obama y del que Joe Biden fue vicepresidente, adquirió el compromiso de reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28% con respecto a los niveles de 2005.

Sin embargo, el presidente Donald Trump (como lo hizo con la OMS, por ejemplo), decidió que Estados Unidos abandonaba el tratado y lo concretó el pasado 4 de noviembre, situación que dejó este esfuerzo global para frenar el calentamiento global sin la mayor economía del mundo.

Pero en su campaña, Biden propuso un plan de 1,7 billones de dólares para que Estados Unidos llegue a un neto de cero emisiones de carbono en 2050.

Por otro lado, Trump, que debilitó varias protecciones medioambientales durante su gestión, defiende a rajatabla la industria de los combustibles fósiles y cuestiona el cambio climático.

Así las cosas, la lucha contra el calentamiento global será responsabilidad de los estados, ciudades y empresas, cuyas iniciativas, aún sin el apoyo de Washington, podrían permitir una reducción del 37% de las emisiones de carbono de Estados Unidos de aquí a 2030, según un informe del grupo America's Pledge.

“Hay una coalición cada vez más grande de países a favor de una neutralidad de carbono de aquí a la mitad del siglo”, afirmó el miércoles el portavoz de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, citando los compromisos recientes de Corea del Sur y Japón. “Nuestro apoyo, nuestra creencia en un acuerdo de París aplicado activamente sigue inalterada”, añadió.

Notificar a la ONU es la “parte fácil”, dijo Andrew Light, consejero ambiental del expresidente demócrata Obama, subrayando que la primera potencia mundial será dejada “de lado de los intercambios” cuando el Reino Unido acoja el 12 de diciembre la conferencia internacional del clima COP26.

Uno de los objetivos del acuerdo de París, firmado en diciembre de 2015 por 195 países, es limitar el alza de las temperaturas a 1,5 °C respecto a la era preindustrial.



Niklas Hohne, un científico climático de la Universidad de Wageningen en Holanda y miembro de un grupo de simulación llamado Climate Action Tracker, escribió en Twitter que el plan climático de Biden por sí solo podría reducir el aumento de temperatura en el orden de 0,1 °C.

Los ambientalistas opinan que el anuncio de Trump de que se retiraría del acuerdo de París hace tres años facilitó que países como Australia, Arabia Saudita y Brasil debilitaran sus propias ambiciones.

Muchos de los devastadores impactos del cambio climático ya se sienten hoy, como la pérdida de hielo marino (se espera que el Ártico esté libre de hielo para mediados de siglo), el aumento acelerado del nivel del mar, sequías y olas de calor más prolongadas e intensas, huracanes más fuertes y cambios en los patrones de precipitación.

Las pequeñas naciones insulares enfrentan la posibilidad de quedar completamente sumergidas.

Incluso si se reincorpora al acuerdo, Estados Unidos podría enfrentar una falta de credibilidad. Después de todo, también fue artífice del acuerdo de Kioto, que nunca ratificó. Aunque la Casa Blanca podría demostrar que su decisión es seria y que cumplirá con sus compromisos.

Eso hace fundamental asegurar que la acción climática sea permanente y no dependa del gobierno de turno, explicó Light.

“Sabemos por las encuestas que actuar sobre el clima no es un problema rojo versus azul, republicano versus demócrata, en el mundo real”, dijo, mientras una encuesta reciente del centro de investigación Pew, con sede en Washington, encontró que más del 80% de los estadounidenses, incluyendo republicanos, están de acuerdo en que los humanos contribuyen al cambio climático.

La clave de este plan será que Biden cumpla su promesa de estímulo económico masivo y creación de empleo.

Según Biden, “porque con nosotros afuera, miren lo que está pasando. Todo se está desmoronando” y por ello en su campaña dijo que organizaría una cumbre de los principales contaminadores del mundo para “persuadirles” de llegar a compromisos más ambiciosos para reducir las emisiones de carbono.

Biden ha preparado un ambicioso plan de dos billones de dólares contra el cambio climático, que incluye una “revolución de energía limpia” que busca una economía de cero emisiones como máximo para 2050.

También prometió revertir rápidamente varios retrocesos decididos por Trump respecto a regulaciones sobre estándares ambientales.