Los negociadores de la Unión Europea (UE) y del Reino Unido acordaron hoy el borrador de una declaración política que establece las futuras relaciones entre ambas partes tras el "Brexit", confirmó hoy el presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk.
Con ello queda concluido en principio el marco de negociaciones básicas para la salida de Reino Unido de la UE a finales de marzo de 2019.
"Es el acuerdo correcto para Reino Unido", dijo la primera ministra británica, Theresa May, en declaraciones ante la sede del Gobierno en Londres. El acuerdo está al alcance y establecerá las bases para una relación mejor en el futuro.
El acuerdo deberá ser ratificado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del domingo en Bruselas. Previamente representantes de los 27 países del bloque también lo analizarán. Además May intentará el sábado cerrar los puntos que quedan abiertos en una ronda de negociación previa a la cumbre.
Reino Unido abandonará la UE el 29 de marzo de 2019. La semana pasada May consiguió cerrar un acuerdo de salida de casi 600 páginas pero se seguía negociando la declaración política aprobada hoy, que será la base para un amplio acuerdo de asociación que debe ser negociado tras el "Brexit" durante el periodo de transición que comenzará entonces.
Tusk confirmó que el borrador será entregado a los países miembro para que lo analicen. El paquete tiene "en principio" el visto bueno político, escribió Tusk en Twitter. May había negociado en la noche del miércoles durante casi dos horas con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.
El borrador al que tuvo acceso dpa prevé una "amplia, ambiciosa, profunda y flexible asociación sobre temas comerciales y económicos, persecución y Justicia penal, política exterior, seguridad y defensa, así como amplios campos de cooperación".
Se habla de una "asociacion económica ambiciosa, amplia y equilibrada" y "acuerdos arancelarios ambiciosos" basados en la "zona arancelaria unitaria" contemplada en el acuerdo aprobado previamente. Los detalles siguen abiertos.
Los negociadores acordaron además una opción que prevé la posibilidad de prolongar en "hasta uno o dos años" más la fase de transición prevista hasta finales de 2020. En la práctica ello supone que casi todo podría seguir igual hasta finales de 2022.
En la fase de transición, Reino Unido debe seguir cumpliendo la normativa Europea y seguir pagando a Bruselas, pero sin estar representado en los gremios de decisión de la UE.
Entre las cuestiones que siguen abiertas destacan las reticencias que tiene España a firmarlo por su oposición a las regulaciones incluidas sobre Gibraltar.
El Gobierno de Madrid ha exigido modificaciones al borrador de acuerdo porque teme que se fije el futuro estatus del peñón. El peñón situado en el sur de la península Ibérica está bajo soberanía británica desde 1713, pero España lo reclama como propio.
La cuestión de Gibraltar "debe aclararse aún", reconoció un portavoz de la comisión. "El trabajo continúa", dijo sin dar detalles sobre una eventual solución. "Esperemos", se limito a decir.
Otra de las cuestiones pendientes son las reservas de otros Estados sobre el futuro acceso a la pesca ante las costas británicas, confirmó.
May reconoció la necesidad de aclarar esas cuestiones. Su portavoz confirmó que se reunirá en la noche del sábado, pocas horas antes del la cumbre del domingo, con Juncker.
Lo acordado
Estos son los principales puntos de la declaración política sobre la futura relación, que acompañará el acuerdo de divorcio negociado entre Londres y Bruselas:
Valores comunes: La declaración ve una relación muy profunda entre Reino Unido y la UE basada en valores comunes, derechos individuales, el libre comercio y la promoción de la democracia, todos ellos símbolos de la pertenencia al proyecto europeo.
Aunque no puede considerarse una adhesión, la futura asociación "debería abordarse con gran ambición (...) y reconocer que esto podría evolucionar con el tiempo", afirma el documento.
Irlanda: Como un asunto importante para la primera ministra británica, Theresa May, el documento destaca la "determinación" de ambas partes de sustituir la controvertida solución de último recurso para evitar una frontera para bienes entre Irlanda y la británica Irlanda del Norte.
Comercio: Ambas partes están de acuerdo en buscar una "zona de libre comercio que combine una profunda cooperación en materia de reglamentación y aduanas". En una concesión a los partidarios del Brexit, el documento promete que Reino Unido recuperará una política comercial independiente, en la medida que lo permita la asociación final entre la UE y Reino Unido.
En lo que será visto como una victoria para la mayoría de las empresas, Reino Unido y la UE prometen "construir sobre el territorio aduanero único", es decir una asociación sin aranceles ni otros derechos en la frontera.
Respecto a los controles fronterizos y aduaneros, clave para el problema irlandés, el documento prevé "un abanico de diferentes resultados" basado en la conclusión de las conversaciones comerciales.
Regulación: "Al tiempo que preservan su autonomía reglamentaria", ambas partes acuerdan evitar barreras innecesarias para las empresas y que las normas sean compatibles "en la medida de lo posible".
Este será un aspecto muy vigilado del acuerdo, ya que muchas empresas británicas están deseosas de que no se produzca ninguna interrupción importante a causa de las grandes exigencias regulatorias de la UE.
Servicios financieros: Para sorpresa de muchos, los lazos que unirán la City de Londres -una capital financiera global- con Europa después del Brexit están muy avanzados, con Reino Unido aceptando un papel menor.
Según el documento, las "evaluaciones equivalentes" tendrán que comenzar "tan pronto como sea posible", señalando que Reino Unido buscará acuerdos similares a los que Wall Street y Japón mantienen con el bloque.
Conocidos como regímenes de equivalencia, estas relaciones a distancia permiten a los servicios financieros de terceros países hacer negocios en la UE, bajo determinadas condiciones.
Migración: La libre circulación de europeos en Reino Unido fue una de las principales motivaciones de la victoria del Brexit en el referéndum en 2016. El texto señala que este principio "ya no se aplicará" en ningún sentido.
Las partes acuerdan que su objetivo será proporcionar viajes sin visado, pero sólo para visitas de corta duración.
Política exterior y defensa: En cuanto a la política exterior, la declaración prevé una estrecha cooperación entre el Reino Unido y la UE, respetando al mismo tiempo el derecho de ambas partes a seguir su propio camino en función de sus intereses estratégicos y de seguridad.
Además, llama a ambas partes a cooperar estrechamente en los foros internacionales, especialmente en Naciones Unidas, y para que se apoyen mutuamente cuando se trate de sanciones económicas.
Con el Brexit, la UE pierde una de sus principales potencias militares y la declaración abre el camino para que participe en proyectos europeos de defensa, incluidos los financiados por Fondo Europeo de Defensa.
Reino Unido debería también poder participar en los proyectos de la llamada Cooperación Estructurada Permanente europea, cuando se le invite a hacerlo, aunque los detalles de su funcionamiento siguen en debate.
Seguridad: En la lucha contra el crimen, ambas partes acordaron establecer mecanismos para compartir información sobre el ADN, las huellas dactilares y los datos de matriculación de vehículos y "considerar la posibilidad de adoptar nuevas medidas" para intercambiar información sobre sospechosos y desaparecidos.
Pero la declaración dice que el alcance de estos acuerdos debe reflejar la voluntad de Reino Unido de seguir las normas y mecanismos del bloque, incluido el Tribunal de Justicia de la UE. Liberarse de los fallos del alto tribunal europeo ha sido una de las exigencias clave de los partidarios del Brexit.