Es dentro del hogar donde se debe extremar el autocuidado para evitar más contagio del covid-19, considera el ministro de Salud de Ecuador, Juan Carlos Zeballos, quien confía que en marzo esté lista la vacuna.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está el tema de la vacuna?
JUAN CARLOS ZEBALLOS: Colombia y Ecuador hacemos parte de la iniciativa global liderada por la Organización Mundial de la Salud que se llama Covax, de la cual hay varias compañías farmacéuticas con las que se han hecho contacto para tener la seguridad de que la distribución mundial de las vacunas lleguen a tiempo y a precios razonables. Llegarán el próximo año y luego hay que tener en cuenta que por lo menos un año se tiene que hacer el seguimiento de cuán eficaz está siendo la vacuna. Todavía estamos hablando de por lo menos tres años, para que el 90% de las personas estén vacunadas y se pueda hablar de inmunidad comunitaria.
ENS: ¿Cuál es el mensaje que usted entrega?
JCZ: Que se eviten las aglomeraciones es espacios cerrados. En la mayor parte de las ciudades de Ecuador como Guayaquil, Cuenca, Quito; al igual que en Colombia, se ve a la gente disciplinada, pero el gran foco de contagio es en el interior de las casas con muy poca ventilación.
ENS: ¿Cuál es la prioridad en su país en esta crisis sanitaria?
JCZ: Una de las más importantes ha sido la de atención primaria en Salud, es decir, la activación de todos los pequeños centros que quedan a nivel de la comunidad, del barrio y del vecindario. En cada uno de estos centros nosotros tenemos dos tipos de acceso: uno para enfermedad respiratoria aguda y otro para enfermedades comunes.
ENS: ¿Qué iniciativas se han dado?
JCZ: Hay varias iniciativas, por ejemplo, tenemos un programa que se llama Médicos del Barrio, para hacer visitas y seguimiento a casos sospechosos, del cerco epidemiológico y a las personas que estuvieron con algún contagiado. Eso es vigilancia activa. También estamos trabajando con líderes comunitarios y vecinos voluntarios para que ahí se contenga la pandemia. Esa es la diferencia con Europa y los Estados Unidos.
ENS: ¿En Europa y Estados Unidos cómo es la estrategia?
JCZ: Se ha concentrado la atención de la medicina a nivel de los hospitales. Nosotros no. Lo hicimos y lo seguimos haciendo a nivel del barrio, eso es algo importante. La segunda es que las pruebas no las hemos hecho masivamente, primero porque hay una limitación de recursos y segundo porque también hay un problema serio de la capacidad que tiene el país para procesar las pruebas, especialmente las PCR. Lo que hacemos es la determinación de las pruebas selectivamente, es un muestreo selectivo.
ENS: ¿Qué otra estrategia se tiene?
JCZ: La tercera estrategia es que hemos conformado unos Comités de Operación de Emergencia (COES), a nivel de cada condado, de cada municipalidad y en Quito eso se ha ampliado.
Es importante que esto se tenga en cuenta, porque esos COES representan la academia, la sociedad civil, el Gobierno, entre otros. Esa es la única manera de articular esfuerzos. Eso no ha pasado ni en Estados Unidos, ni en Europa.
ENS: ¿Cuál es el fin de esos comités?
JCZ: El fin de esos comités es hacer cumplir el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la desinfección de superficies. Esas son las diferencias que nosotros hemos hecho y las cifras nos ayudan en ocupación de camas, ya que va bajando la necesidad de camas de hospitalización alrededor del 60% y las unidades de cuidados intensivos también están bajando a niveles que no habíamos visto hace meses.
Eso lo digo con mucha con prudencia y mucha cautela porque las posibilidades de que haya una nueva ola se va a dar, porque es uno de los primeros países que reactivó aeropuertos y economía.
ENS: ¿Qué se está observando?
JCZ: Estamos mirando prudentemente lo que ocurre con el tema de aforos en centros comerciales y en gimnasios, donde se debe mantener una distancia prudente, y eso se ha manejado bien.
ENS: ¿Qué preocupación tiene?
JCZ: Mi preocupación son todos los contagios que suceden dentro de las casas, es decir la gente fue bien disciplinada en términos de uso de mascarillas y distanciamiento social. El problema es que cuando llegan a la casa, como están entre amigos y familiares, se piensa que eso no es un foco de contagio y eso es lo que realmente ha arruinado el control de la pandemia en Estados Unidos y Europa.