Los enfrentamientos entre las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército azerbaiyano continuaban sin tregua ayer, después de una jornada marcada por bombardeos en zonas urbanas que dejaron víctimas civiles.
El ministerio de Relaciones Exteriores de los separatistas de Karabaj dijo que su capital, Stepanakert, con 50.000 habitantes, fue blanco de "intensos disparos de cohetes".
Según testigos, la ciudad sufrió tres horas de bombardeos y muchos residentes decidieron marcharse. Los demás se esconden en los refugios. Muchos edificios están dañados o destruidos, en dos días de ataques.
A ambos lados del frente, el fuego de artillería azotó Stepanakert y la vecina Shusha y también la urbe azeraiyana de Ganyá, a 60 kilómetros de la línea de frente, así como Beylagan.
Según Bakú, los ataques en zonas urbanas de Azerbaiyán se reanudaron ayer.
El asesor presidencial azerbaiyano, Hikmet Hajiyev, difundió un video, supuestamente grabado en el mercado central de Ganyá, y denunció un ataque "cuyo objetivo es causar víctimas civiles".
Tanto de lado armenio como azerbaiyano, se constatan viviendas dañadas por los disparos.
Azerbaiyán dice que los bombardeos armenios han matado a 24 civiles y suponen una violación de las normas del Derecho Internacional que fija la protección de los civiles.
Según balances oficiales, los bombardeos del domingo mataron a cuatro personas en la república autoproclamada de Nagorno Karabaj, y a cinco en Azerbaiyán. También hubo numerosos heridos.
Como ocurre desde la reanudación del conflicto el 27 de septiembre, los beligerantes se acusan mutuamente de la responsabilidad de la escalada.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, dijo que el grupo mediador en el conflicto de Karabaj, integrado por Francia, Rusia y Estados Unidos, estaba preparando una nueva declaración y "medidas concretas para evitar que se derrame sangre".
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Lavrov mostró su preocupación ante "el aumento del número de víctimas" civiles.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) condenó los "bombardeos indiscriminados", que destruyeron o dañaron cientos de hogares e infraestructuras clave, como hospitales y escuelas.
En Goris, última ciudad de Armenia antes de Karabaj, se organizaban distribuciones de víveres para los desplazados.
La región de Nagorno Karabaj, poblada principalmente por armenios, hizo secesión de Azerbaiyán después de la caída de la Unión Soviética, lo que llevó a una guerra a principios de los años 1990 que se cobró 30.000 vidas.
Las hostilidades actuales son una de las crisis más graves, si no la más grave, desde el alto el fuego de 1994.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, dijo que la ofensiva continuaría hasta la retirada armenia de Karabaj, y reclamó además "disculpas" del primer ministro armenio Nikol Pashinyan.
"¡Los cazamos como a perros!", lanzó, en referencia a sus adversarios.