La escalada de los contagios en Alemania, el repunte de la enfermedad en Francia y su avance en España desatan la alarma ante una nueva oleada.
Los principales gobiernos de Europa multiplican las restricciones para contener el virus y se plantean la aplicación obligatoria o no de una futura vacuna.
El continente, que impuso drásticas medidas en marzo para atajar la propagación de la enfermedad, se alarma ahora ante un posible rebrote, cuando están a punto de acabarse las vacaciones de verano.
Alemania registró en las últimas 24 horas 1.707 nuevos infectados por coronavirus, el número más alto desde abril, en el pico de la pandemia, según cifras oficiales publicadas ayer.
Las autoridades multiplican las advertencias ante el aumento de los casos de contagios, vinculados en parte al regreso de los alemanes que pasaron las vacaciones en el extranjero. El país ha registrado más de 228.000 casos en su territorio desde que brotó esta pandemia.
"La duplicación de casos" nuevos observada cada día "en Alemania estas últimas tres semanas" constituye una "evolución que no debe continuar y que debemos cortar", dijo la canciller Angela Merkel.
Esta situación llevó a que el gobierno alemán declarara prácticamente a todo el territorio de España y una parte de los Balcanes, destinos muy frecuentados por los turistas alemanes, como zonas de riesgo e impusiera pruebas de diagnóstico y cuarentenas a los viajeros provenientes de esos países.
En España, el recuento de fallecidos semanales se ha duplicado hasta llegar a 131 decesos. Madrid vuelve a convertirse en foco importante de la epidemia, con cifras que recuerdan a los peores días de la crisis sanitaria. En esta región, el número de contagiados también aumentó en casi 6.700 personas en la última jornada, hasta superar las 370.000 en total desde el inicio de la pandemia.
España ya es el país de Europa occidental con más nuevos contagios.
El ministerio de Sanidad decretó la semana pasada el cierre de discotecas o la prohibición de fumar en la calle si no se puede mantener una distancia de dos metros que se suman a otras como la obligatoriedad de llevar mascarilla.
En la vecina Francia, los contagios por Covid-19 también se han disparado. Ayer se registraron 3.700 nuevos casos, un aumento que no se producía desde mayo.
Para intentar frenar este avance, las autoridades están imponiendo el uso obligatorio de la mascarilla en más zonas y un mayor número de ciudades.
En este contexto, la vuelta al colegio en numerosos países, dentro de unas semanas, es una cuestión compleja que preocupa tanto a las familias como a los docentes. En Madrid, por ejemplo, los sindicatos de educación llamaron a una huelga del profesorado al comienzo del curso por la "inacción" en la preparación del regreso a las aulas.
Desde su aparición en China en diciembre, el nuevo coronavirus ha cobrado la vida de casi 790.000 personas en el mundo y contagiado a más de 22,5 millones de personas, según el balance ofrecido por la Universidad Johns Hopkins considerada como una de las mejores fuentes para seguir las estadísticas de la pandemia.
En América Latina y Caribe es la región del mundo más afectada por el virus. Perú, el tercer país más golpeado de la región por la enfermedad, detrás de Brasil y México, rebasó los 550.000 casos y sumó 176 nuevos decesos, hasta un total de 26.834.
Mientras tanto en China, kilómetro cero de esta pandemia, la vida normal retorna poco a poco y centenares de aficionados podrán entrar a un estadio.
En el plano médico, la búsqueda para encontrar una vacuna eficaz contra el virus no deja de acelerarse y aunque todavía no se ha hallado el remedio, los países ya se están planteando si el tratamiento debe ser obligatorio o no.
En Estados Unidos, la vacuna no será obligatoria. Ya que una parte de la población es muy reacia a otras medidas más simples, como el uso de máscaras.
En Australia, en cambio, el primer ministro Scott Morrison anunció que vacunarse contra el Covid-19 debería "ser obligatorio".