¿Por qué Explanada de las Mezquitas es un ultrasensible lugar santo? | El Nuevo Siglo
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Viernes, 15 de Abril de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

JERUSALÉN es una ciudad de máxima significación para cristianos, judíos y musulmanes. Situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto, es lugar de veneración para estas tres religiones. Y así como es de sagrada es el ‘corazón’ de milenario conflicto.

Creyentes y no creyentes la consideran tierra sagrada, pero especialmente la Ciudad Vieja, el punto de encuentro de estas tres religiones. Con una arquitectura histórica caracterizada por estrechos callejones, alberga cuatro barrios (cristiano, armenio, judío y musulmán) con sus máximos lugares de culto: el Santo Sepulcro, el Muro de los Lamentos y la Explanada de las Mezquitas.

Es precisamente este último sitio, llamado Monte del Templo por los judíos, en el que frecuentemente se registran ataques de los palestinos a las fuerzas de seguridad israelí, en indignada expresión por un irresoluto conflicto que, como reseñamos, es de vieja data.

Este Viernes Santo, se registraron disturbios en esa Explanada que se saldaron con 150 palestinos y tres agentes de seguridad israelí heridos, los primeros desde el inicio del mes del ramadán y que avivan los temores de un rebrote de violencia, por lo que la Unión Europea llamó a “desescalar la situación” y a “respetar en su totalidad el estatus quo de los lugares sagrados”.

Además, ha señalado que todos los líderes de la zona tienen la responsabilidad de actuar contra los extremistas.

Pero, ¿por qué este ‘enclave’ de la Ciudad Vieja de Jerusalén es un lugar ultrasensible?

Para tener una idea de ello hay que remontarse a la historia antigua.

La Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, y el más sagrado del judaísmo, fue construida en el siglo VII. Se extiende sobre 14 hectáreas en la parte alta de la mencionada Ciudad Vieja y está situada en la parte oriental, sector palestino ocupado y anexionado por Israel en 1967, y que los palestinos quieren convertir en la capital del Estado al que aspiran.

El lugar, llamado por los musulmanes Al-Haram al-Sharif (Noble santuario), alberga la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa (la Lejana), pues es el santuario más alejado donde, según la tradición musulmana, el profeta Mahoma habría acudido. La Cúpula de la Roca se levanta sobre el lugar donde el profeta habría subido a los cielos.

La explanada es el tercer lugar santo del islam tras la Gran Mezquita de La Meca, y la Mezquita del Profeta de Medina, en Arabia Saudita.

Su construcción se inició en el siglo VII tras la toma de Jerusalén por el califa Omar. Está construida sobre el sitio del Templo judío destruido por los romanos en el año 70, y cuyo único vestigio es el Muro de las Lamentaciones.

Llamada por los judíos Har HaBayit (Monte del Templo), la explanada es el lugar más sagrado del judaísmo. Pero la mayoría de los fieles no acuden a ella pues el rabinato les prohíbe el acceso, por temor a que pisen y desacralicen el santo lugar.

 

Sitio de alta tensión

Israel asegura no querer modificar el statu quo heredado del conflicto de 1967. Las normas tácitas del mismo autorizan a los musulmanes a subir a cualquier hora del día y la noche a la explanada, y a los judíos a ingresar en ella a ciertas horas, pero sin rezar.

No obstante ultranacionalistas judíos provocan regularmente incidentes al rezar subrepticiamente en la explanada después de haber ingresado a ella como simples visitantes.

Ello crea frecuentemente tensiones con fieles musulmanes que temen que Israel modifique las normas que regulan el acceso a la explanada de las Mezquitas, administradas por Jordania en coordinación con las autoridades palestinas.

La policía israelí controla a los visitantes no musulmanes que acuden a la explanada de las Mezquitas vía la puerta de los Magrebíes.

El lugar es escenario de frecuentes tensiones.

En 1996, una decisión israelí de abrir una nueva entrada al oeste de la explanada provocó disturbios que causaron 80 muertos en tres días.

El 28 de septiembre de 2000, la visita a la explanada de Ariel Sharon, entonces líder de la oposición de la derecha israelí, fue percibida como una provocación por los palestinos. Al día siguiente, sangrientos enfrentamientos opusieron a palestinos y policías israelíes, que dejaron siete muertos por bala entre los manifestantes, dando inicio a la segunda Intifada.

En julio 2017, dos palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes. En agosto de 2019, los enfrentamientos entre policías israelíes y fieles en la explanada de las Mezquitas causaron decenas de heridos, durante importantes conmemoraciones judía y musulmana.

El año pasado, durante el ramadán, manifestaciones nocturnas en Jerusalén y disturbios que se extendieron hasta la propia explanada provocaron 11 días de guerra entre el movimiento islamista palestino Hamas, en el poder en la franja de Gaza, y el ejército de Israel.

 

Disturbios en Al Aqsa

Este Viernes Santo para los católicos y tradicional día de rezo para los musulmanes, que celebran el ramadán, se registraron disturbios cuando, de entre las decenas de personas que marchaban hacia la mezquita de Al Aqsa, ondeando banderas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) salió un grupo de encapuchados que atacaron con piedras y fuegos artificiales a los agentes israelíes que custodian el Muro de las Lamentaciones, también ubicado en la Explanada y como dijimos, máximo lugar de culto judío.

Las autoridades israelíes aseguraron que esperaron a que terminara el rezo de la mañana para dispersar a los manifestantes pero que un alto número de encapuchados se atrincheró en la mezquita desde donde reanudaron sus ataques a piedra, los que fueron repelidos, pero aclararon que no entraron a este sagrado lugar del Islam.

La Media Luna Roja Palestina informó que 156 personas resultaron heridas, de ellos tres policías israelíes.

"Hombres enmascarados lanzaron piedras y fuegos artificiales, profanando la mezquita de Al Aqsa. Al contrario de lo que las informaciones falsas dicen, la Policía no ha entrado en la mezquita", sostuvo el ministerio de Exteriores de Israel en twitter. No obstante, videos en redes sociales y de la agencia de noticias Wafa mostraron a algunos miembros de las fuerzas israelíes en los patios de la mezquita, disparando gases lacrimógenos y balas de goma.

Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, dijo que fue un "asalto" a Al Aqsa y que ello es "una declaración de guerra" al pueblo palestino, por lo que pidió la "intervención inmediata" de la comunidad internacional.

“Nuestro pueblo palestino no permitirá que las fuerzas de ocupación y los colonos israelíes monopolicen la mezquita de Al Aqsa y la defenderán a toda costa", ha aseguró.

Por otro lado, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se reunió con el comisionado de la Policía, Kobi Shabtai, y aseguró en su cuenta de la red social Twitter que las autoridades trabajan "para proporcionar seguridad a los ciudadanos israelíes".

Entre tanto, el ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid, afirmó que Israel está comprometido con garantizar "la libertad de culto" de las personas "de todas las confesiones en Jerusalén". "Nuestra meta es permitir la oración pacífica de los creyentes durante las vacaciones por el Ramadán", agregó en un comunicado, en el que calificó de "inaceptables" los enfrentamientos de la jornada.

Y, el ministro israelí de Seguridad Pública, Omer Bar-Lev, expresó: “no tenemos ningún interés en que el Monte del Templo se convierta en centro de violencia. Esto perjudicaría a la vez a los musulmanes del lugar y a los judíos del Muro de las Lamentaciones".

Estos enfrentamientos en el corazón de Jerusalén, que coinciden este año con el inicio de la pascua católica y la pascua judía, la pésaj, se producen después de semanas de tensión en Israel y Cisjordania.

Desde el 22 de marzo, Israel ha sufrido cuatro ataques que dejaron 14 fallecidos. Dos de ellos fueron reivindicados por la organización yihadista Estado Islámico y otros dos, perpetrados por palestinos originarios de la zona de Yenín, en el norte de Cisjordania. /Redacción internacional con agencias