Abocada a las cuartas elecciones legislativas en cuatro años, España se sume en el bloqueo político, con los partidos incapaces de cerrar acuerdos de gobierno por la fragmentación política, los cálculos estratégicos y la escasa tradición de pactos.
¿Qué busca Pedro Sánchez?
Actualmente sus adversarios lo acusan de forzar unas nuevas elecciones para salir aún más reforzado.
En abril ganó las elecciones, pero Sánchez (PSOE) quedó lejos de la mayoría absoluta con 123 diputados sobre 350 y fracasó en su intento de cerrar un acuerdo con la izquierda radical de Podemos o los liberales de Ciudadanos, que ofrecieron a última hora un apoyo condicionado.
Sánchez "cree que va a conseguir un número de escaños superior que le permita obtener una mayoría más cómoda" para tener más fuerza en una futura negociación, señala Paloma Román, profesora de Ciencias Políticas en la universidad Complutense de Madrid.
"Las encuestas dicen que va a ganar escaños y Podemos los va a perder", explica Cristina Monge, politóloga en la universidad de Zaragoza.
Pero "es una apuesta muy arriesgada", advierte.
"La gran incógnita que hay en estos comicios va a ser la participación, la gente está cansada", añade Monge, recordando que los social-demócratas ya lograron una movilización importante ante el temor a la irrupción del nuevo partido de ultraderecha Vox.
Incluso si el PSOE y Podemos sumaran la mayoría absoluta y Sánchez evitara depender del apoyo de los independentistas catalanes, ahora indispensables, la izquierda radical "va a tener mucho más fuerza negociadora", advierte Monge.
"Salvo que Ciudadanos cambie de posición...", apostilla.
Cálculos erróneos de Podemos y Ciudadanos
Desde los comicios, esta formación centroliberal se mostró muy hostil con Sánchez, con quien podía alcanzar la mayoría absoluta.
"Ciudadanos se equivocó de estrategia, su obsesión era superar al Partido Popular" (PP, conservador) para convertirse en el primer partido del centroderecha, señala Cristina Monge, lo que provocó una crisis interna y numerosas deserciones.
Por su parte, Podemos "subestimó la posición del PSOE y pensaba que al final acabaría cediendo" y les daría más protagonismo en un gobierno de coalición, añade.
Las encuestas auguran caídas de estas dos formaciones en los próximos comicios y una recuperación del PP tras cosechar uno de los peores resultados de su historia.
Monge no descarta que este partido pueda articular una mayoría con Ciudadanos y Vox.
Pero Narciso Michavila, de la consultoría GAD3, lo ve complicado porque el sistema español "penaliza muchísimo la fragmentación".
Falta de cultura del pacto
España está sumida en la inestabilidad desde que el sistema bipartidista de PSOE-PP saltó por los aires en 2015 con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, fragmentación ensanchada por Vox en las últimas elecciones.
Las mayorías absoluta quedaron en el pasado pero, pese a ello, todavía no ha habido ninguna coalición en el gobierno central.
"Nos hemos italianizado pero sin los italianos" y su capacidad de negociar en un contexto de inestabilidad crónica, bromeó recientemente José Ignacio Torreblanca, del centro de reflexión European Council on Foreign Relations.
En Italia, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) formó un gobierno hace un año con la Liga (extrema derecha) y hace unas semanas con el Partido Demócrata (PD, social-demócrata).
"La coalición en el futuro va a ser una realidad y (los partidos) no lo han entendido todavía. Necesitamos un cambio de mentalidad de estos líderes, todos muy jóvenes, pero anclados en modelos pasados", afirma Paloma Román.